Monday, December 31, 2007

La caja de los truenos

Tómese una base de extrema desigualdad social. Añádase masificación, un gran rencor acumulado y una generalizada sensación de impunidad. Por último, provéase de armas a los intervinientes. El cóctel explosivo está preparado.

Se trata de la fórmula infalible para hacer aflorar los demonios interiores. Para extraer lo peor de cada uno. Para sacar la parte más agresiva y cruel de los hombres.

Todos estos ingredientes se mezclaron trágicamente en España en el año 1936.

Sin duda no debía de ser fácil gestionar una sociedad tan desigual y, por tanto, tan proclive al conflicto. La caja de los truenos tenía una tapa muy frágil. Y así, la rebelión de una parte del ejército contra el régimen emanado de las urnas provocó que todos los factores de enfrentamiento social se tensaran al máximo.

Aunque no ha transcurrido demasiado tiempo, ahora nos resulta muy difícil entender cómo pudieron desencadenarse las atrocidades que nuestros padres o abuelos protagonizaron en España, en particular las matanzas y asesinatos de personas consideradas desafectas (sacerdotes, políticos, sindicalistas, propietarios agrícolas, periodistas, escritores, maestros...) en uno y otro bando.

Nos resulta casi incomprensible (pese a que sólo han pasado dos generaciones) porque generalmente ignoramos hasta dónde puede llegarse una vez abierta la caja de los truenos. Ésa que, por desgracia, anida en cada sociedad y también en cada corazón humano.

Sunday, December 30, 2007

El hombre delincuente

Cesare Lombroso fue un médico italiano aficionado a la Criminología. Obsesionado con la idea de que los delincuentes tienen una naturaleza que les predispone y aboca al crimen, elaboró su teoría del criminal nato en un libro que tituló, a las claras, L´ uomo delinquente (publicado en 1875).

Durante años estuvo analizando la complexión, la anatomía y los rasgos morfológicos de los delincuentes que podía examinar (algunos de ellos internados en el manicomio del que el propio Lombroso era director).

Su conclusión fue que la mayoría de los delincuentes presentaban signos anatómicos comunes y que, por tanto, eran criminales por naturaleza. Llegó a afirmar que comparten anomalías atávicas propias de los vertebrados inferiores, siendo una especie de salvajes resucitados por un error biológico.

Tras la muerte de Lombroso se han estudiado con métodos más modernos los signos morfológicos por él descritos, llegándose a una conclusión bien distinta: La mayoría de esos rasgos no son congénitos, sino que se trata de caracteres desarrollados después del nacimiento, y favorecidos precisamente por la malnutrición, el desamparo y el maltrato en la infancia.

De modo que los delincuentes estudiados por Lombroso no nacieron así, sino que se hicieron. Adquirieron esos estigmas físicos por las circunstancias o carencias de su vida familiar y social. No por causas biológicas, sino biográficas.

Las pruebas irrefutables que según Lombroso demostraban su tesis del criminal nato, en realidad venían a apoyar exactamente la tesis contraria. Pero él no lo sabía, o no quería saberlo.

Friday, December 28, 2007

En busca del prepucio perdido

Como todos los judíos de la época, Jesús fue circuncidado. Las preguntas sobre el destino del prepucio (piel que cubre el glande) de Jesús dieron lugar a la aparición de supuestas reliquias de dicho pellejo.

Algunos teólogos afirmaban que el prepucio ascendió al cielo al mismo tiempo que el resto del cuerpo de Jesús. Otros sostenían que este detalle no aparece en las Escrituras, y por tanto esa piel debía de seguir en la Tierra, al no resultar admisible que una parte corporal de Jesús pudiera corromperse.

El resultado es que son numerosos los templos en que todavía se conserva el supuesto prepucio de Jesús (nada diferente de lo que ocurre con otras reliquias, evidentemente falsas).

Todo este montaje en torno al Santo Prepucio pone de manifiesto hasta qué punto puede degradarse y adulterarse una doctrina por sus (supuestos) seguidores.

Acerca de Jesús sabemos lo suficiente para apreciar el sentido ético de sus enseñanzas. Aunque en los relatos evangélicos puedan existir sesgos o interpolaciones, lo que está claro es que el mensaje de Jesús nada tenía que ver con reliquias y prepucios.

Por eso es lícito preguntarse cómo reaccionaría Jesús al saber que sus prosélitos se plantean cuestiones tan absurdas e irrisorias como la búsqueda de su prepucio.

En general es ya un tópico afirmar que, si Jesús viera lo que sus continuadores han hecho con su doctrina, se moriría del susto. (Esto, por cierto, también se dice de Karl Marx, si pudiera contemplar todos los desmanes que los marxistas han hecho con sus postulados.)

Yo no creo que Jesús ni Marx se murieran del susto, pero sí creo que experimentarían una muy amarga mezcla de decepción y de rabia.

La casa del poeta

He visitado, en Granada, la casa de García Lorca. Se llama huerta de San Vicente y es el lugar donde el escritor pasaba los veranos, en compañía de su familia, hasta su asesinato en 1936. Aunque el entorno está cambiado, la casa se mantiene intacta. He visto la cama donde dormía, la mesa en la que escribía sus obras, incluso la cocina familiar. Para bien o para mal, no se muestra a los visitantes el cuarto de baño.

No negaré que me ha emocionado contemplar el sitio donde Lorca compuso algunos poemas que me deslumbran. Poemas como:

La aurora de Nueva York tiene / cuatro columnas de cieno...

O

Empieza el llanto de la guitarra. / Es inútil callarla. / Es imposible callarla...

Pero, al mismo tiempo, no sé qué relación puede haber entre aquellos versos y la materialidad de esa cama, esa mesa, esas sillas, esas paredes...

Entonces se me ocurre que aquellas creaciones tienen vida al margen de su autor, y que entre los poemas y su artífice no cabe buscar vinculación ni afinidad.

Y me pregunto también si no sería mejor que todas las creaciones fueran anónimas. Y que, al editarse una obra, en lugar del nombre del autor apareciera un rótulo diciendo Noimporta.


Wednesday, December 26, 2007

Cuando seamos historia

Posiblemente dentro de un siglo, los historiadores (si es que hay alguno) describirán nuestra época como un tiempo crítico, un momento decisivo y crucial en la historia de la humanidad. Se referirán a él como una encrucijada en que pudimos autodestruirnos, pero finalmente imperó la sensatez y no lo hicimos.

Si no sucede así, no habrá ningún historiador para narrarlo.

Parece claro que el que este tiempo que vivimos se recoja, o no, por la historia futura va a depender de nuestra capacidad para desfronterizar el mundo. O acabamos con las fronteras o las fronteras acaban con nosotros... y con la historia.

Después de este destierro

Mientras hacía las camas, mi madre cantaba la Salve. No la rezaba, la cantaba. Con la misma entonación decía las palabras alegres (vida, dulzura, esperanza nuestra) y las frases terribles (los desterrados, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas).

Mientras ajustaba sábanas y sin variar de melodía (sí, sin cambio de ritmo) recitaba unas y otras palabras. Y a mí se me hacía raro.

Posaos

Río, nube, silla, rosa...

Y ahora posaos cada una en un sitio. Tú, en un flujo; tú, en vapor de agua; tú, en un mueble; tú en una flor...

Antediluvianos

La presencia de fósiles de almejas, caracolas y otros animales marinos en montañas y desiertos influyó probablemente en el surgimiento de leyendas sobre grandes diluvios e inundaciones; es decir, en la creencia de que durante un tiempo el agua cubrió esos territorios. Una de esas fabulaciones es el relato bíblico del diluvio universal.

Curiosamente, mucho tiempo después la historia de Noé sirvió para explicar el descubrimiento de restos de dinosaurios y el porqué de que esos animales ya no existieran. Se habrían extinguido, sencillamente, porque no cabían en el arca. Debido a su gran tamaño Noé no pudo salvarlos y perecieron ahogados.

Por muy ridículo o pueril que ahora nos resulte, lo cierto es que durante bastante tiempo a los saurios se les llamó animales antediluvianos, y así aparecieron nombrados, incluso, en libros científicos.

Cabe preguntarse cuál será, de entre todas nuestras actuales convicciones científicas, la que más mofa y rechifla provocará en el futuro, en ese porvenir en que los antediluvianos seremos nosotros.

Tuesday, December 25, 2007

Autodiseño

¿Quién inventó los ojos?
¿Quién inventó los dientes, las garras, las espinas...?
¿Quién inventó las patas, las alas, las aletas...?
¿Quién inventó los brazos, las pinzas del crustáceo, la trompa, los cuernos, los tentáculos...?
¿Quién inventó los árboles?
¿Quién inventó las flores, los frutos, las semillas...?
¿Quién inventó las branquias, los pulmones...?
¿Quién inventó el hígado, el cerebro, el corazón...?

Parece ser que nadie. No los inventó nadie. Por lo que se ve, se idearon y se diseñaron a sí mismos.

Marginados

Nadie viene a vernos desde el futuro. Nadie viene a vernos, tampoco, desde otros sistemas estelares. Puede que, aun disponiendo de tecnología para ello, no quieran saber nada de nosotros. En tal caso, sus razones tendrán.

Monday, December 24, 2007

No quiero / No puedo

Nos avergüenza reconocer que no somos capaces de algo (de levantar un peso, de recorrer una distancia, de dejar una adicción...) y decimos que no lo hacemos porque no queremos: -Podría hacerlo, pero es que no quiero.

Nos avergüenza reconocer que no estamos dispuestos a hacer algo (un esfuerzo, una renuncia, ayudar a los otros...) y decimos que no podemos: -Me gustaría hacerlo, pero es que no puedo.

Disfrazamos de irresolución la incapacidad, y disfrazamos de incapacidad la irresolución.

Ante los demás y ante nosotros mismos, nuestra endeblez (debilidad innata) y nuestra indolencia (debilidad adquirida) se excusan mutuamente.

Friday, December 21, 2007

Te resistes

Ellos creen que aún tú crees
en los reyes de enero
(compran furtivamente, escribís una carta,
el día de antes, por la tarde, vais a verlos pasar)
y tú con tus seis años
no quieres, te resistes
a arrancar su ilusión.


FELIZ NAVIDAD A TODOS

Thursday, December 20, 2007

¿Por qué lo hago?

¿Por qué esta ciudad?
¿Por qué esta bandera?
¿Por qué esta rutina?
¿Por qué este partido?
¿Por qué esta religión?
¿Por qué esta lucha?
¿Por qué este trajín?
¿Por qué esta forma de gastar el tiempo?...

¿Qué parte de nuestros actos son conscientes? ¿Qué parte de nuestras acciones hemos decidido? ¿Cuántas cosas hacemos sabiendo por qué?

Se aburrían

Se ve que la materia se aburría. Se aburrían el carbono, el oxígeno, el fósforo, el potasio… Y por hastío de ser inertes, se mezclaron. Para pasar juntos una temporada: unos años de vida buscando emociones.

Bien, de acuerdo: es respetable. Pero ¿por qué me han involucrado? ¿Por qué me han compuesto? ¿Por qué han tenido que convertirse en mí?

¿Acaso no merezco una explicación?

Wednesday, December 19, 2007

Translaciones

El diccionario define la “vergüenza ajena” como aquélla que se siente por lo que hacen o dicen otras personas. Hay también otra palabra, de origen incierto, para denominar esta percepción: “alipori”.

Sentir en nosotros mismos la vergüenza que surge de actos ajenos es una singular transferencia de sensaciones, una forma de ponerse en el lugar de otro, aunque no exactamente dentro de él: es posible que quien realice los actos que a nosotros nos sonrojan no sienta, él mismo, vergüenza.

Aunque no existen expresiones equivalentes (“ira ajena”, “enojo ajeno”), también a veces nos indignamos por la humillación o la injusticia que se inflige a otra persona, aun cuando quien la sufra la acepte con resignación. Incluso este aquietamiento ajeno ante la injuria puede generarnos rabia. Y eso que la cosa no iba con nosotros…

Pero hay una forma deleznable de translación, que es la “venganza ajena”. Consiste en descargar sobre otros (a menudo los más débiles o los que más nos aprecian) la furia generada por actos de terceras personas. Habría que acuñar esta expresión -“venganza ajena”- u otra similar, para nombrar esa actitud, quizá entendible pero también cobarde, de pagarla con los otros; de transferir a nuestro entorno o a nuestros subordinados el enfado provocado por los atropellos sufridos.

Hacer recaer sobre personas inocentes la cólera que sentimos por los agravios que otros nos irrogaron, en lugar de enfrentarnos directamente con quienes nos los produjeron, es probablemente la más triste forma de translación emocional.

¿Puede ser?

¿El universo piensa? ¿Puede ser que, en su conjunto, el universo (el universo-todo) no piense, y sin embargo una ínfima parte de él (por ejemplo, tú o yo) sí?

Monday, December 17, 2007

Verbos arbitrarios

Los niños que están aprendiendo a hablar no dicen “se ha roto el juguete”. Dicen “se ha rompido”.

Tampoco dicen “yo pondré” ni “yo quise”, sino “yo poneré” y “yo querí”.

Su lógica les lleva a aplicar nuestros esquemas sintácticos generales, de modo que los verbos irregulares son percibidos por ellos con gran desconcierto.

Es conocida la anécdota del niño que afirmó “andé y me cansé”, y al ser corregido por el maestro (“se dice anduve”), afirmó “anduve y me cansuve”.

Parece ser que en los albores del lenguaje cada verbo tenía sus propias formas para cada tiempo, pasándose posteriormente a una progresiva homogeneización de las formas.

Pero los verbos más usados y repetidos escaparon a esta regularización. Por inercia y pereza de los hablantes, siguieron conjugándose arbitrariamente. De ahí que ser, estar, saber, decir sean verbos irregulares.

De este modo, los niños no sólo tienen que interiorizar los esquemas sintácticos lógicos, sino también los retorcimientos y arbitrariedades de sus progenitores.

Al igual que en los demás ámbitos, les transmitimos estas contradicciones -como dice Serrat- “con la leche templada y en cada canción”. Y al final las aprenden.

Se cuenta que un niño le preguntó a otro: ¿Cómo se dice: no sabo o no sepo? Y el otro respondió: “Pues no ”.

Friday, December 14, 2007

Alectura

Durante casi toda su historia la humanidad fue ágrafa. La alfabetización sólo se ha generalizado en tiempos recientes. Todavía hoy, de los aproximadamente 6.000 millones de humanos que habitamos el planeta, la mayoría vive sin leer. Por desgracia, muchos no saben qué es leer, no lo han probado nunca. Así ni siquiera pueden echarlo de menos (lo que, en medio de todo, es un consuelo: de este modo no sienten esa carencia). Y obviamente tienen otras necesidades más perentorias.

Lo paradójico es que, a muchos de quienes sí lo hemos probado, nos resultaría ahora casi imposible vivir sin leer.

Borges decía que el paraíso terrenal podría ser un vergel, pero no un paraíso, porque a él le resultaba inconcebible un paraíso sin libros.

Si nos quedáramos sin libros o sin ojos, ¿encontraríamos algo que sustituyera a la dicha de leer?

Me pregunto cuánto aguantaría yo si se me privara de leer: cuánto tardaría en morir de alectura.

Wednesday, December 12, 2007

Lo normal

Conducimos por la derecha. Nos paramos cuando el semáforo está en rojo y continuamos la marcha cuando se pone verde. Y actuamos así porque nos parece lo normal.

Nadie, cuando hace eso, repara en las normas jurídicas, las leyes o reglamentos que obligan a circular por la derecha y regulan la señalización por semáforos.

Entregamos un papel (un billete de diez euros) al frutero y él a cambio nos da manzanas, peras… Y ni él ni nosotros pensamos en las normas jurídicas que hacen que ese papel tenga valor y permita comprar cosas. Simplemente es lo normal.

Tendemos a interiorizar las normas jurídicas de modo que terminan pareciéndonos reglas naturales de conducta. Acabamos asumiéndolas acríticamente, hasta el punto de que lo que disponen nos parece lo lógico, lo normal, lo natural.

El problema viene cuando esas normas recogen pautas denigrantes, ignominiosas.

También los sistemas políticos totalitarios tienen su propio entramado jurídico. Y así, la persecución racial en la Alemania nazi se instrumentó mediante normas jurídicas: ilegalización de partidos, leyes confiscatorias y discriminatorias, prohibición de matrimonios mixtos de judíos y arios…

La segregación racial en Suráfrica, el denominado apartheid, se articuló asimismo jurídicamente.

Y de igual modo ocurrió con la esclavitud. Allí donde ha existido, las normas jurídicas vigentes han regulado el derecho de propiedad de los dueños de esclavos, la compra y venta de éstos, la manumisión, etc.

Me pregunto cuántas personas, a lo largo de la historia, habrán considerado naturales estas prácticas aberrantes, sin llegar siquiera a cuestionarse su moralidad o su decencia, por el mero hecho de que eran legales y lícitas. Porque las normas jurídicas las admitían y las regulaban. Porque eran lo normal.

Resiliencia

Resiliencia es un término que proviene de la física y se refiere a la capacidad de un material de recobrar su forma original después de haber estado sometido a altas presiones.

Por analogía, empezó a usarse esta palabra para designar la facultad que permite a las personas, a pesar de atravesar situaciones adversas, salir no solamente a salvo (para eso ya existe el término “resistencia”), sino transformados por la experiencia vivida.

Por extraño que parezca, no todas las personas que vivieron la barbarie de los campos de concentración y el holocausto nazi enloquecieron. Muchos supervivientes lograron rehacer sus vidas.

Uno de ellos fue Boris Cyrulnik, quien sobrevivió a su internamiento en un campo de concentración (no así sus padres) y tras ello consiguió estudiar Psiquiatría. Fue uno de los investigadores del fenómeno (que estudió también en muchachos que habían sufrido maltrato infantil) y promotor de esta palabra: resiliencia.

Con todo, la mayor expresión de resiliencia no consiste en encajar la tragedia, asimilarla y escapar de la locura. Esto puede ser válido para quienes sufren accidentes o catástrofes naturales. Pero, para quienes han sido víctimas de acciones intencionalmente dañinas (crímenes, atentados, actos de sadismo…), la mayor expresión de resiliencia consiste en superar el rencor. En la habilidad de ponerse en el lado del agresor y entender su naturaleza: sus razones subjetivas, sus desequilibrios, sus carencias… En la capacidad de perdonar lo imperdonable.

Tuesday, December 11, 2007

Neuroimágenes

Las técnicas de neuroimagen muestran el cerebro en acción, las funciones cerebrales, pero no el contenido mental. Examinando con los aparatos de tomografía más sofisticados el interior de un cerebro, no puede saberse en qué está pensando la persona. A lo sumo podría atisbarse si está experimentando emociones placenteras o desagradables, o si está recibiendo un estímulo visual, auditivo o motoro. Pero poco más.

Al igual que las manos no cambian su composición celular según que se usen para manejar un bisturí o para empuñar un arma; al igual que la sintaxis francesa ha servido para escribir Le Petit Prince pero también para guillotinar gente..., unas mismas conexiones neuronales permiten producir pensamientos positivos o destructores, altruistas o dañinos.

La decisión de ejecutar unos u otros actos tampoco deja rastros neuronales diferenciados.

En nuestros cerebros no hay, al parecer, estructuras bioquímicas propias para el bien y para el mal.

¿Dónde, entonces, residen uno y otro?

Sunday, December 09, 2007

Con buen humor

De la persona que se muestra alegre decimos que está de buen humor. Y de quien está enfadado o irascible decimos que está malhumorado.

Detrás de estas expresiones (buen humor, mal humor), que continuamente empleamos sin reparar en su origen, hay una larga historia.

Humor, según el diccionario, es cada uno de los líquidos de un organismo vivo.

Aristóteles (siglo IV a. de C.) escribió que los tres humores del cuerpo son “la flema, la bilis negra y la bilis amarilla”.

Esta idea debió de tomarla de Hipócrates, el médico más famoso de la antigüedad, quien un siglo antes dejó escrito que “el cuerpo del hombre contiene sangre, mucosidad, bilis amarilla y bilis negra, y esa es su naturaleza, y a causa de ello tiene dolores y puede estar sano. Su salud es óptima cuando estos humores se encuentran en relación recíproca correcta, en lo que a su potencia y cantidad se refiere, así como a su relación. Los dolores aparecen cuando hay algo de más o de menos, o es segregado en el cuerpo sin estar mezclado con el conjunto”.

Galeno, otro reputado médico (siglos II-III d. de C.), abundó en esta creencia, añadiendo que en cada persona predomina desde el nacimiento uno de esos humores, condicionando su predisposición a unas u otras enfermedades.

La creencia en los humores del cuerpo permaneció viva durante muchos siglos, pasando al lenguaje popular. De aquí vienen las expresiones buen humor y mal humor en el sentido con que actualmente las empleamos. Así, la alegría y el enfado irían parejos al predominio de una u otra clase de líquido corporal.

Ahora nos reímos de las afirmaciones de esos autores, que nos parecen fantasías o desvaríos. Igual que, sin duda, en el futuro otros se reirán de nuestras convicciones, de nuestras certezas científicas, de nuestras seguridades.

Hay más textos médicos de Aristóteles que mueven a risa. Como éste: “La sangre se genera en el hígado, circula muy lentamente por los vasos transformándose en carne, pasa de las aurículas a los ventrículos a través de poros y llega a los pulmones. El aire equilibra allí los tres humores del cuerpo”.

Podemos reírnos de lo que creían quienes vivieron hace varios siglos, a condición de que asumamos que nuestras actuales certezas científicas también harán reír a quienes en el futuro las juzguen.

Constatar que, con el tiempo, las certezas se vuelven mentiras y las seguridades se tornan errores, es algo que merece tomarse a risa. O sea, con buen humor.

Thursday, December 06, 2007

Por inercia

Fuerza de la no-fuerza. Fuerza de la inercia (“incapacidad de los cuerpos para salir del estado de reposo, para cambiar las condiciones de su movimiento o para cesar en él”). Fuerza que nos lleva a dejarnos llevar. (Como tronco que se deja transportar por el río; como océanos que arrastra la rotación de la Tierra.) Dinamismo de lo estático. Actividad de lo pasivo. Voluntad de lo involuntario. Fuerza que nos fuerza a no resistir; a actuar sin actuar. Inercia.

¿De dónde viene, quién genera esa no-fuerza?

Wednesday, December 05, 2007

Lo normal

Veo una foto de la superficie de Marte. No sé si los colores son reales. Hay un cielo rojizo y un suelo marrón sembrado de rocas. Lo que impresiona no es lo que se ve, sino lo que se echa en falta. No hay ni un árbol, ni un arbusto, ni una brizna de hierba, ni siquiera musgo sobre las piedras. Ningún insecto, ningún gusano, ningún pájaro. Sólo el suelo, las rocas y la sombra de éstas.

No es muerte (lo que no ha estado vivo no puede estar muerto). Es un vacío de vida. Un mundo de luz, desolación y sombras.

Sin embargo, no cuesta trabajo imaginar una mariposa revoloteando en ese aire, o un conejo asomando por detrás de las piedras.

Pero no. Lo que realmente se ve es yermo e inhóspito. El reino del desierto, la unanimidad de lo inerte.

Eso, al parecer, es lo normal en el cosmos. Lo contrario es una anomalía.

Me pregunto si la Tierra será así alguna vez. Si dejará de ser la excepción que es ahora.

Qué se puede esperar

¿Qué se puede esperar de quienes durante millones de años tuvieron que luchar a vida o muerte contra otras especies?

¿Qué se puede esperar de quienes hubieron de disputar con los demás animales su derecho a una ración de alimento en la Tierra?

¿Qué se puede esperar de quienes escogieron una táctica basada en el cerebro (una inteligencia, un lenguaje, un actuar sobre el entorno con sus miembros prensiles), pero arrastran de por vida la agresividad de sus ancestros?

¿Qué se puede esperar de quienes ya no son reptiles ni gorilas, pero aún no han dejado de serlo?

¿Qué se puede esperar de nosotros?

Monday, December 03, 2007

Demotecnia

Las decisiones por las que una manada de ciervos o búfalos se traslada de un lado a otro se toman por mayoría. Igualmente, ninguna abeja ni ningún cisne deciden en solitario los movimientos que adopta el grupo.

En estas especies existe la capacidad de adivinar cuándo una mayoría decide partir. Mediante diversos gestos, ciertos miembros del grupo formulan su propuesta de desplazamiento, que seguidamente se somete a la consideración del resto de la manada.

El voto se expresa de diversas formas, como levantando las patas o moviendo la cabeza. En el caso de los cisnes, ningún miembro de la manada se desplaza hasta que aproximadamente el 60% del grupo ha tomado una decisión.

Estos animales sólo emprenden la marcha cuando han alcanzado un consenso mayoritario. No hay disidentes que amenacen con retirarse del grupo si no se siguen sus dictados, ni tampoco líderes que impongan su criterio por la fuerza.

Los zoólogos Roper y Conradt aplicaron modelos matemáticos para determinar las ventajas de esta forma de adoptar decisiones. Estos modelos establecieron que, cuando la mayoría decide, aumentan las posibilidades de supervivencia.

Es la denominada democracia animal.

Según esto, la democracia no es un hallazgo humano. Igual que no hemos inventado la territorialidad ni la competencia, tampoco hemos introducido la democracia.

Tendemos a fundamentar la democracia sobre presupuestos éticos, pero su justificación parece residir en meras razones utilitarias. En principio, la democracia viene a ser sólo una técnica para que las decisiones se acepten también por los miembros del grupo que están en desacuerdo.

Cada uno puede hallarse individualmente en contra de una decisión o una medida; pero si la elección ha sido hecha por la mayoría, entonces estamos dispuestos a aceptarla. La acatamos y cumplimos aunque sea a regañadientes. Así lo experimentamos con frecuencia en la vida política.

De este modo, la democracia se desprende de su marchamo moral y deja de ser garantía absoluta de bondad, de equilibrio o de justicia.

La democracia viene imponiéndose porque es útil y eficaz, ya que ahorra disensiones violentas y facilita la gestión de la estructura social. También, porque favorece que las decisiones que se adoptan sean las que concitan mayor grado de consenso. Pero, por sí sola, la democracia no garantiza nada más.

La existencia de Estados que, pese a contar con organización política democrática, han ejercido una acción imperialista o de despojo sobre otros pueblos y territorios (protectorado, colonialismo…) es evidente. También resulta indudable que varios Estados democráticos han apoyado dictaduras en otros países cuando éstas han servido a sus intereses geoestratégicos y económicos. Digamos que los ciudadanos de estas naciones desean la democracia para ellos, pero en cambio no parece importarles contribuir al mantenimiento de sistemas totalitarios en otras partes del mundo.

El hecho de que una decisión haya sido tomada democráticamente es indicio de que quienes la aprobaron la consideran deseable para ellos; pero no siempre lo es para quienes no participaron en su adopción.

La rapacidad, la explotación y el saqueo pueden ejercerse, también, democráticamente.

Cervantes señalaba que incluso entre los delincuentes han de regir unas reglas instauradas por ellos mismos (“Es tan buena la justicia, que es necesario que se use aun entre los mismos ladrones”). Sin estas normas no podrían actuar con una mínima eficacia, igual que en las organizaciones mafiosas existe una estructura política para elegir a sus jefes.

Aunque con carácter general la democracia es siempre preferible a la autocracia o el totalitarismo, no debemos olvidar que puede haber también una democracia mafiosa, un gangsterismo democrático.

Ruido

Inventamos preocupaciones. Nos obsesionamos por asuntos triviales y luego, cuando surge un problema realmente grave, nos damos cuenta de que nos preocupábamos por bagatelas.

Y a la inversa. Las personas que han de preocuparse por lo más vital (la subsistencia, la obtención de alimento…) creen que, una vez que consigan eso, no tendrán nada serio de que preocuparse. Y sin embargo no es así. Cuando han logrado lo básico, encuentran otros motivos de preocupación.

Quienes lo tienen todo se desviven porque otros tienen todavía más que ellos, o bien se fabrican sus propios enredos generadores de problemas.

Se ve que buscamos preocupaciones, que no queremos pasar sin turbación.

Preocuparse es ocuparse, mantener la mente llena, ocupada. Incluso mientras dormimos nuestro cerebro conserva su actividad en forma de sueños o pesadillas.

Es posible que nuestro pensamiento quiera estar permanentemente ocupado para no conceder tiempo ni espacio a otras preguntas: a las cuestiones profundas del sentido y el ser.

Si no nos preocupáramos siempre por algo, se haría un profundo silencio interior. Y es probable que, en ese caso, lo que oyéramos no nos gustase.

¿De qué huimos cuando nos refugiamos en las preocupaciones?

Thursday, November 29, 2007

Descerebradas

Las plantas se mueven, cambian de postura para aprovechar la luz. Algunas, como los girasoles, siguen al sol para tenerlo siempre de cara. Otras, las carnívoras, llegan incluso a atrapar insectos: triunfo de lo vegetal sobre lo animal.

Pero lo hacen sin necesidad de sistema nervioso, sin neuronas de esas que no traen más que disgustos.

Bien mirado, lo de no tener cerebro es una estrategia muy inteligente.

Si esto es amor

“Debido a la extraordinaria duración del período de dependencia de las crías, y a las enormes exigencias de éstas, las hembras se encontraron casi perpetuamente confinadas en el hogar estable. El nuevo estilo de vida del mono cazador creó un problema especial. Al contrario de lo que ocurría con los carnívoros puros, las partidas de caza se convirtieron en grupos compuestos únicamente por machos. Para un primate macho, el hecho de salir en busca de comida y dejar a sus hembras sin protección contra los intentos de cualquier otro macho que pudiera rondar por allí, era algo inaudito. Era algo que requería un cambio importante en el comportamiento social.

La solución consistió en la creación de un lazo que apareaba a los individuos. Los monos cazadores macho y hembra tenían que enamorarse y guardarse fidelidad. Esto es una tendencia corriente en muchos otros animales, pero rara entre los primates. Resolvía tres problemas a la vez. Significaba que las hembras estaban ligadas a sus machos individuales y les permanecían fieles mientras éstos estaban de caza. Significaba una reducción en las grandes rivalidades sexuales entre los machos, lo que contribuía a desarrollar su espíritu de colaboración. Y en tercer lugar, la creación de una unidad familiar a base de un macho y una hembra redundaba en beneficio del retoño. La pesada tarea de criar y adiestrar a un joven que se desarrollaba lentamente exigía una coherente unidad familiar. En otros grupos de animales, ya sean peces, pájaros o mamíferos, observamos que, cuando la carga se hace demasiado pesada, surge entre la pareja un vigoroso lazo que ata al macho y a la hembra. Eso fue también lo que ocurrió en el caso del mono cazador”.

(D. Morris)

Así que “un vigoroso lazo”.

Enamorados de todos los tiempos y todos los lugares: ya sabéis de dónde viene lo vuestro.

Y sin embargo, nadie debería negaros el mérito de añadir emoción a ese lazo. De llenarlo de calor, de comprensión, de ternura.

Wednesday, November 28, 2007

Incorporados

Cuando muere un ser querido sentimos que nos arrancan algo, justo lo que esa persona nos ha dado en vida. El idioma debería expresar lo que crecemos gracias al contacto con otras personas, e incluso con los animales y las cosas. Lo que los demás nos transfieren.

Crecemos cuando otros nos dan lo mejor de ellos mismos.

Se dice que los perros, merced a su convivencia milenaria con los humanos, tienen un cerebro humanizado. Pero no es excesivo afirmar que, también, los amos de un perro se perrizan.

Yo puedo ser Luis o Carmen, pero cuando converso con Juan me juanizo. Cuando aprendo de Elena me elenizo. (No me convierto en Juan ni Elena, pero incorporo una parte de ellos.)

Debería poder decirse:

Fui a la montaña y me montañicé.

Alguien te dio ánimo y te animaste.

Se niñizó jugando con un niño.

Tuesday, November 27, 2007

Valientes

Aquí estamos, frágiles y vulnerables.

¡Sería tan fácil quedarnos ciegos, tullidos, muertos! Bastaría un golpe, una pedrada, un mordisco bien dados.

Bastaría un loco o un malvado dispuesto a hacerlo.

Se requiere poca fuerza para arrancar los miembros. Y no más para segar la vida.

Ni siquiera es precisa una voluntad homicida. Basta una curva cerrada, un temblor, un vendaval, un objeto que cae... Basta la fatalidad.

¿Cómo, entonces, osamos caminar por la calle? ¿Cómo andamos sin casco ni escudo ni coraza?

¿Qué exceso de confianza nos mueve a actuar así?

Siendo tan vulnerables, ¿cómo nos atrevemos?

Pues porque somos osados y optimistas. Porque somos valientes.

Para ser comidos

La mosca

La mosca vino al mundo para ser comida por la araña.

Antes de ser comida, la mosca puso huevos para que nacieran otras moscas, a las que comerán otras arañas.

Ésta es la finalidad existencial de las moscas (aunque ellas no lo sepan): ser comidas.

La araña

La araña vino al mundo para ser comida por pájaros, por reptiles.

Antes de ser comida, la araña puso huevos para que nacieran otras arañas, a las que comerán otros pájaros, otros reptiles.

Ésta es la finalidad existencial de las arañas (aunque ellas no lo sepan): ser comidas.

Y así...

Así sucesivamente. Seres cuya finalidad vital, la que la vida les ha asignado, consiste en servir de alimento a otros.

Para qué.

¿Y para qué todo eso? Pues, que sepamos, para nada: acaso por mero capricho, por simple entretenimiento de la materia.



Monday, November 26, 2007

Una tristeza alegre

¿Qué tienen en común Antonio Machado, Franz Kafka, Fernando Pessoa, Miguel Hernández?

Aparte de ser escritores, coinciden en que ninguno de ellos tuvo una existencia feliz.

Antonio Machado se casó con una muchacha llamada Leonor. Él tenía 34 años y ella sólo 15. El matrimonio duró apenas tres años porque, poco después de casarse, Leonor enfermó y murió. Machado nunca se recuperó de aquel golpe. Más tarde sufrió otro derrumbe, cuando hubo de huir de España al perder la República la guerra civil. Murió pocos días después de cruzar la frontera con Francia.

Franz Kafka, en plena juventud, contrajo la tuberculosis. Su padre, que ejerció sobre él una dominación tiránica, se opuso ferozmente a su vocación literaria. Tuvo cinco tentativas matrimoniales frustradas. A pesar de su nulo interés por el trabajo administrativo, hubo de trabajar como empleado en una compañía de seguros, hasta que también dejó ese trabajo a causa de su enfermedad.

A Fernando Pessoa el sufrimiento lo acompañó siempre, tanto a nivel emocional como material. En vida no tuvo nada: carrera, amores, relaciones sociales, ni siquiera obra (sólo vio publicado un libro). Bebió en exceso. Y tenía el vicio de no terminar nunca nada de lo que empezaba. Escribió: Me quedo desolado cuando termino algo… Mi instinto de perfección debería impedirme acabar; debería impedirme incluso empezar.

Miguel Hernández, tras perder la República española la guerra civil, fue apresado a causa de su adhesión al bando derrotado. En la cárcel contrajo la tuberculosis, de la que murió en 1942. Estando en la prisión supo que su mujer y su hijo tenían que alimentarse de cebollas casi únicamente. Lo reflejó en una canción de cuna que escribió para su hijo, las llamadas “Nanas de la Cebolla”.

Es significativo que ninguno de los autores mencionados tuviera una vida fácil. En general, cuesta trabajo encontrar algún escritor valioso que no haya tenido una existencia dura y complicada.

Tal vez la razón sea que las personas felices no escriben libros. Al menos libros profundos. Prefieren la acción: salir a la calle, relacionarse y divertirse.

Borges se lamentaba de no haber sido feliz, pero no por él, sino por su madre. Decía que, si él hubiera sido feliz, su madre también lo habría sido al verle disfrutar de la vida. En cambio, lo insatisfactorio de su existencia contribuyó a entristecer a su madre. En un poema dice: He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he sido feliz... Mis padres me engendraron para el juego arriesgado y hermoso de la vida, para la tierra, el agua, el aire, el fuego... Los defraudé. No fui feliz. Cumplida no fue su voluntad. Mi mente se aplicó a las simétricas porfías del arte, que entreteje naderías.

Pese a todo, es probable que, a su manera, estos autores no tuvieran una vida triste. Experimentaron otra clase de goce: la magia y el placer de crear. Eso que, por ejemplo, hacía exclamar a Kafka que por nada del mundo le arrancarían de su mesa de trabajo. Eso que a este mismo autor le llevaba a narrar por narrar, aunque nadie fuese a leer sus escritos (llegó a pedir a un amigo que los destruyera a su muerte). Tuvieron otra modalidad de alegría, distinta pero reconfortante.

Así que, pese a todo, fueron felices.

Auto-miedo

Miedo a nosotros mismos.

Miedo al arrebato. A perder el control. A que la ira o el rencor se instalen dentro y nos conviertan en otro: nos alteren.

Miedo a la obcecación. A empecinarnos. A no aceptar nuestros errores. A anteponer el orgullo a la verdad.

Miedo a rendirnos. A agotar nuestras fuerzas. A degenerar y decaer. A cambiar, con el tiempo, a peor.

Miedo a abrazar la rutina, la indolencia, la ruindad. A que ellas se apoderen de nosotros.

Miedo a perder la razón y la consciencia. Miedo al delirio. A la enajenación (a salir de nosotros: enajenarnos). Al alzheimer. A devenir sólo cuerpo, sin dirección ni memoria.

Miedo a nosotros mismos. Automiedo.

Friday, November 23, 2007

Así como suena

Las palabras son arbitrarias. Nada hay en el agua que justifique su nombre. Nada tiene el árbol para llamarse árbol. Las montañas podrían llamarse igualmente *rapilas o *solefos.

No se sabe cómo, siendo tan difícil conseguir que muchas personas se pongan de acuerdo en algo, concurre asentimiento general en llamar al frío frío, a la noche noche, al camino camino…

Pero hay algunas palabras no arbitrarias. Son las voces onomatopéyicas: palabras que tienen su origen en los sonidos a que aluden. Palabras que reproducen los ruidos del mundo, la banda sonora de la realidad.

Palabras como grillo, maullido, bufido, ronroneo, croar, aullar, piar, graznar, rugir, mugir... evocan claramente el ruido que emiten los animales a que se refieren. El significante depende del significado. No son, pues, palabras arbitrarias.

Tronar viene del sonido del trueno. Ulular viene del sonido del viento. El agua del río hace flu-flu, o sea, fluye.

Tecla suena como una tecla. Ronquido suena como un ronquido. Pitido suena como un pitido. La palabra crujir cruje. La palabra gemir gime. La palabra zumbar zumba.

Traqueteo suena como un traqueteo. Murmullo suena como un murmullo. Cuchicheo suena como un cuchicheo. Susurro suena como un susurro.

Mama, mamá, mamar son el sonido de los labios que se juntan. Por eso mama es la palabra-madre.

Arrullo viene de la voz dulce con que se habla a los niños pequeños.

Hubo un tiempo en que no había palabras. Entonces un recién nacido dijo ma-ma. Su madre se lo acercó al pecho y le canturreó arru-rú.

Pasaron

Hechos que recuerdo vagamente. Escenas que no sé si pasaron así, o las recreé y deformé en mi memoria, o las pensé, o soñé que las vivía, o las leí en algún libro, o las vi en una película... Instantes que, de cualquier modo, ya no están. Que tal vez no ocurrieron, pero pasaron. Pasaron y se fueron.

Thursday, November 22, 2007

Chapuza cósmica

Y ahora sabemos:

-Que la Tierra no es una esfera perfecta, sino achatada por los polos.

-Que su eje de rotación está inclinado y se mantiene así por la atracción lunar.

-Que ni siquiera al rodear al Sol traza una circunferencia, sino una especie de elipse. Algo así como un huevo.

O sea: que no es sólo que soy imperfecto. Ni es sólo que la humanidad es defectuosa. Es que el sistema está, todo él, abollado y torcido.

Incluso desde el punto de vista geométrico, la galaxia entera es una chapuza.

Wednesday, November 21, 2007

Lo que siente por ti

A lo que siente por ti te resistes a llamarle amor y le llamas cariño o le llamas apego o le llamas querencia. Y bueno, sí pero ¿quién eres tú para decir eso, o acaso has estado alguna vez dentro, o es que sabes qué siente cuando te ve venir y hace ese sonido que no es ladrido ni aullido, que a lo mejor no tiene nombre, y a la vez salta y se retuerce y mueve el rabo porque tanta alegría no le cabe en su cuerpo? Y sí, en el fondo puede que eso no sea amor. Puede que, después de todo, la palabra amor se le quede pequeña.

Tuesday, November 20, 2007

Instinto de tribu

Tanto los instintos individuales (de autodefensa, sexual, maternal…) como los grupales o tribales están orientados a la supervivencia. Una característica de los instintos grupales es que se manifiestan de modo contradictorio hacia dentro del grupo (respeto básico, colaboración) y hacia fuera (rivalidad y agresión contra los demás grupos). Era la propio de un tiempo en que los recursos alimenticios escaseaban y había que combatir ferozmente por ellos, de modo que las tribus o grupos más cohesionados (colaboradores hacia dentro y agresivos hacia fuera) tenían más probabilidades de sobrevivir.

En el hombre actual esos instintos siguen presentes, aun cuando su inteligencia le permitiría racionalizarlos.

Partiendo de que esa inteligencia ha posibilitado al ser humano producir recursos que, bien administrados, bastarían para satisfacer las necesidades de todos los individuos, el hombre podría arrinconar sus instintos grupales hacia fuera (de agresividad contra los grupos rivales) y considerar que todos los humanos constituyen un único grupo.

Con ello, sólo los instintos grupales hacia dentro (que están en el origen de la colaboración y el respecto, y que viabilizan la supervivencia del grupo) prevalecerían.

A tal fin, habría que suprimir la “territorialización” del planeta (Estados, fronteras), creando una única organización política a escala mundial.

De momento, no parecer ser éste el camino que seguimos. La inteligencia no ha sustituido a los instintos grupales agresivos, sino que ha sido puesta al servicio de éstos. Las luchas tribales (guerras) no han desaparecido, ni se vislumbra su abolición; simplemente se libran con armas cada vez más sofisticadas y letales.

Si no hay pronto un cambio de rumbo, este confluir de “instinto aplicado a los fines” e “inteligencia aplicada a los medios” lleva camino de ser el germen de nuestra autodestrucción.

Animados o no

Los custodios del lenguaje afirman que el verbo “calcinar” debe aplicarse a las cosas inertes, mientras que “carbonizar” debe aplicarse a los seres vivos. Así, en el incendio de un vehículo éste quedaría calcinado, mientras que sus ocupantes resultarían carbonizados. Viene a ser una forma (otra más) de distinguir entre lo que ya era inerte de antemano, y lo que estaba vivo pero ha devenido inerte.

Se pone demasiado énfasis en diferenciar ambas clases de materia, cuando lo cierto es que la sustancia inerte puede adquirir vida (minerales que las plantas absorben del suelo) y la materia viva deviene inerte (al morir).

Los seres animados somos, en cierto modo, minerales que han cobrado vida. Las plantas y animales son -somos-, parte integrante del planeta, tanto como lo son el agua, el oxígeno o las rocas de que estamos hechos. No hay, por tanto, una radical frontera geológica entre lo animado y lo inanimado.

Al menos en el planeta Tierra, la condición de “vivo” o “inerte” es transitoria y accidental.

Monday, November 19, 2007

Y decir que te quiero

El lenguaje ha de traducir a palabras las cosas (sustantivos), las acciones (verbos), las cualidades (adjetivos), las circunstancias (adverbios)… Pero también debe transplantar los sentimientos y emociones. Y no es tarea fácil.

Algunos recursos que (obviamente sin saberlo) empleamos para expresar cariño son:

-El diminutivo afectivo: mi hijito, mi casita, qué viejecito, qué solita estás… Este uso a veces lo duplicamos (diminutivo de diminutivo): chica – chiquita - chiquitita. En América incluso aplican el diminutivo a adverbios y gerundios: lueguito, ahorita, corriendito…

-El aumentativo afectivo: muchachote, grandullón

-El diminutivo y el aumentativo combinados: chiqu-ill-ón.

-El complemento afectivo: mi niño no me come; no te nos vayas…

En relación con esto último, al principio de un poema elegíaco Miguel Hernández dice “… se me ha muerto, como del rayo, Ramón Sijé”. Es verdad que, gramaticalmente, ese me (aparente complemento indirecto) no añade nada. Porque no es una partícula sintáctica: es una partícula amorosa.

Sunday, November 18, 2007

Del aire nacen

"Más vale pan con amor, que gallina con dolor".

"Quien mucho analiza, mucho se martiriza".

"Al presumido y al engolado, dales de lado".

"Amor de madre, y lo demás es aire"...

¿Quién inventó estos refranes, todos los refranes? Nadie.

¿Quién inventa las coplas, los romances anónimos,las canciones de corro ("El patio de mi casa es particular. Cuando llueve se moja como los demás")? Nadie.

¿Quién inventa los chistes? Nadie

Nadie los inventa, nadie los crea. Surgen igual que las setas, las bayas silvestres, los espárragos... Afloran naturalmente, como brotes de la tierra. Por generación espontánea.

"Coplas y refranes, del aire nacen".

A mí, al menos, me gusta pensar que es así.

Thursday, November 15, 2007

Hija Objeto

Aurora Rodríguez, testigo de la opresión que viven las mujeres de su tiempo, concibe la idea de tener una hija que, educada desde el principio para ello, pueda consagrarse a la liberación de la mujer. Busca un hombre sano, inteligente y dispuesto a renunciar a la paternidad, con quien engendra una hija. La niña, a la que pone por nombre Hildegart, es educada por su madre para el fin con que la ha traído al mundo. A los 16 años termina la carrera de Derecho y empieza la de Medicina. Para entonces ya escribe libros y artículos. A los 18 años es figura popular en los medios intelectuales y revolucionarios.

Pero, tras alcanzar prestigio internacional en diversos campos, Hildegart intenta alejarse de su madre. Le expone su deseo de elegir por sí misma, de optar incluso por el matrimonio y la maternidad.

Es entonces cuando Aurora entiende que su proyecto ha fracasado. Al comprobar que Hildegart no va a seguir los designios que le ha marcado, Aurora pone fin a la vida de su hija.

Ocurrió en Madrid en el año 1933.

……

La historia de Aurora Rodríguez y su hija Hildegart pone de manifiesto, con trágica crudeza, hasta qué punto es dañino ver en los hijos un medio para satisfacer los pruritos o intereses personales de los padres, por loables que sean. Como abusivo es también no respetar el derecho de los hijos a elegir libremente su camino.

Salvando las distancias, la actitud de la madre de Hildegart no es sustancialmente distinta de la de quienes buscan imbuir a los hijos su propia ideología, sus propias convicciones, sus propias creencias religiosas. Y ello prevaliéndose, además, de la acrítica inmadurez de la infancia.

……
Aurora Rodríguez perseguía el derecho a decidir de las mujeres. Desgraciadamente se olvidó del derecho a decidir de su hija.

Qué triste

En la segunda mitad del siglo XX surgió la idea de que una guerra nuclear podía ganarse. Que un ataque nuclear limitado podría destruir al enemigo sin darle tiempo a reaccionar.

Frente a esta idea, un grupo de científicos independientes elaboró un estudio acerca del impacto de las cabezas nucleares de que ya entonces se disponía (con potencia muchas veces superior a las bombas lanzadas en Hiroshima y Nagasaki) sobre la atmósfera terrestre.

Sus conclusiones fueron que las nubes de polvo y ceniza ocultarían el Sol provocando un súbito y generalizado descenso de las temperaturas. La capa de ozono quedaría arrasada con una pérdida superior al 70%.

En definitiva: la guerra no podía ganarse. No sin que sus efectos convirtieran la Tierra en un desierto frío e inhóspito. Es lo que se denominó invierno nuclear. Con la excepción quizá de algunas bacterias, toda la vida desaparecería del planeta.

Así pues, nuestra expectativa de supervivencia no reside en la capacidad humana de resolver conflictos pacíficamente. Nuestra expectativa reside en que una guerra nuclear no puede ganarse. Y en que esto nos disuadirá de intentarlo. Menos mal.

Así pues, nuestra esperanza es el temor, propio y ajeno, a que cualquier ataque nuclear se vuelva en contra de quien lo acometa.

Nuestra esperanza es nuestro miedo.

¿Qué se hizo para qué?

¿Qué se hizo para qué? ¿El sábado para el hombre, o el hombre para el sábado? La pregunta de Jesús a los fariseos sugiere la frecuente confusión de prioridades y fines: ¿Se hizo el hombre para el libro, o el libro para el hombre? Lo mismo puede decirse de las películas, obras teatrales o creaciones en general. Si empezamos a leer un libro y no nos gusta, debemos (por respeto a nosotros mismos) concedernos el derecho a dejarlo. Si no nos gusta una película, tenemos derecho a salirnos del cine. Por muy celebrados que sean los títulos, y aunque hayamos pagado por ellos.

Cuando nos empeñamos en seguir con un libro o una película que no nos agradan, estamos afirmando que no se hicieron para nosotros, sino nosotros para ellos.

Wednesday, November 14, 2007

Veo veo

Los colores no existen. Son el modo como percibimos el reflejo de la luz en los objetos.

El cielo de la Tierra nunca ha sido azul. Pero, en cierta forma, empezó a ser azul a partir de que alguien (algún animal emergido del mar) miró hacia arriba. Si no hubiera ojos, no habría colores.

Los primeros ojos, las primeras células sensibles a la luz y conectadas con receptores nerviosos, fueron desarrollados por algunas especies marinas hace (según se cree) unos 500 millones de años. La aparición de los ojos significó que, por primera vez, la materia pudo autocontemplarse.

Aquel pez que veía bultos y sombras era el universo mirándose a sí mismo.

Tuesday, November 13, 2007

Otra lógica

El mundo de los sentimientos y las relaciones humanas se rige por otra lógica distinta de la del mundo material. Podemos dar algo y no quedarnos sin ello. Más aún: incrementarlo.

Es lo que sucede con el amor y con la amistad. También, con la transmisión del conocimiento: cuando se da saber, uno aumenta su propio saber. Quien enseña algo está, él también, aprendiendo.

Es una suerte poder dar algo sin desprenderse de ello.

Ahora no

La luz del Sol tarda ocho minutos en llegar a la Tierra.

El brillo de las estrellas que miramos fue emitido días, o años, atrás.

Todo lo que vemos (los objetos, las personas, nosotros mismos en el espejo...) tarda en llegar a nuestros ojos.

Lo mismo ocurre con las palabras que oímos: tardan en llegar a nuestros tímpanos.

Son luz o sonido; y viajar les lleva un tiempo, aunque sea escaso.

Viajan del pasado en que ocurrieron al futuro en que se sienten. El presente no existe.

Monday, November 12, 2007

Y ahora qué

Milenios de poder masculino empiezan, por fin, a declinar. Las mujeres se incorporan al poder político y al núcleo de las decisiones sociales y económicas. En muchas universidades e instituciones las mujeres son ya mayoría; y cada vez va a ir a más.

Bajo el poder masculino tuvimos guerras encadenadas, genocidios encadenados, injusticias encadenadas.

Ahora que las mujeres van a decidir, es posible que sea distinto.

Me pregunto si, en caso de haber gobernado las mujeres a lo largo de los siglos, habría habido Armenia, Hiroshima, Auschwitz, Tiannamen...

Me pregunto si, bajo la dirección de las mujeres, habría habido cabezas nucleares, ántrax, napalm, gas mostaza...

Yo quiero (y en cierto modo necesito) creer que no.

Sunday, November 11, 2007

Árabes

Estuvieron aquí. Durante siglos estuvieron aquí. Y sus palabras se mezclaron con las nuestras.

Nos dejaron ojalá (quiera Alá). La palabra con que expresamos el deseo y la esperanza: “Ojalá (quiera Alá) que seas feliz”.

Nos dejaron sus flores y plantas: azahar, azucena, jazmín, nenúfar, albahaca, azafrán, alhucema, alhelí… No se sabe qué es más hermoso: si la flor o la palabra que la nombra.

Nos dejaron las aguas sonoras: Guadalquivir, Guadiana, albufera, rambla, noria, acequia, alberca, aljibe

Aquellas personas, para intercambiarse afecto, se decían salam (saludo). Por eso, aún hoy a los perros que nos muestran cariño los llamamos “zalameros” (salam-eros).

Si al llegar a casa tu perro te recibe con júbilo, ya sabes qué dice. Te está diciendo salam.

Thursday, November 08, 2007

Malhablados

De niño viví en Andalucía. Recuerdo que, entre las personas que por desgracia no habían tenido acceso a la formación escolar, era habitual el seseo (pasiensia, caserola...). También estaba extendido el uso de “habemos” en vez de “hemos” (habemos comido), de “veros” en lugar de “iros” (veros a la calle), de “de que” en vez de “cuando” (de que vengas, comeremos), de “asín” en lugar de “así”, de “haiga” por "haya”, “jarto” por “harto”, “jondo” por “hondo”, "tamién" por también… Podría seguir recordando desviaciones, pero no se trata de eso.

Se trata de hacer notar que, precisamente porque esas desviaciones no eran lo suficientemente intensas para provocar que el habla resultara ininteligible para los no andaluces, tales apartamientos eran considerados vulgarismos.

Si las desviaciones hubieran sido más extremas, entonces nos hallaríamos ante una lengua: un idioma autóctono. Y ese hablar andaluz estaría envuelto en una pátina de respetabilidad.

Puede decirse que un apartamiento moderado de las reglas lingüísticas es un vulgarismo: una incorrección. En cambio, un apartamiento generalizado es una lengua. Otra lengua distinta.

Aunque no quiera reconocerse, me parece claro que lenguas tan respetables como el francés, el castellano, el portugués, el catalán, el gallego, el italiano, etc no son sino corrupciones o deformaciones intensas de la lengua latina.

Cada uno de esos idiomas constituye una forma, una modalidad distinta de corromperse el latín.

Se da así la paradoja de que a unas personas (por ejemplo, esos andaluces) se les reprochan vulgarismos expresivos, mientras que a otras, por esta misma realidad (sólo que más acentuada), se las considera titulares de un patrimonio idiomático.

Tuesday, November 06, 2007

Instintos básicos

La selección natural no solamente prima los caracteres físicos más ventajosos. También favorece los instintos más proclives a la vida. Es probable que, en la lotería genética que implica la reproducción y mutabilidad de los seres vivos, ocasionalmente nazcan animales sin instinto sexual, sin instinto maternal o sin instinto de supervivencia.

Es decir, sin los instintos básicos de la vida.

Pues bien: precisamente por la carencia de tales instintos, estos animales no se reproducirán. Morirán por carecer de instinto de supervivencia, o no dejarán descendientes por carecer de instinto sexual, o sus descendientes no prevalecerán por carecer los progenitores de instinto maternal.

Carl Sagan alude al caso de los cocodrilos. Recorren grandes distancias llevando en su boca los huevos de los que han de nacer sus crías, para depositarlos en un sitio seguro. Puede que algún cocodrilo, por no tener bien desarrollado su instinto maternal, sucumba a la tentación de comerse los huevos. En tal caso, es claro que ese cocodrilo no deja descendencia. Y así, con el tiempo sólo quedan cocodrilos dispuestos a cuidar de sus crías.

O sea, que los animales que no posean estos instintos básicos tienen asegurada su desaparición.

De este modo, la naturaleza filtra y deja pasó sólo a quienes tienen bien arraigados esos instintos (de supervivencia, sexual, maternal…). De ahí que éstos se manifiesten con tan arrebatadora intensidad en todas las especies.

Querer y desear

Personas que no controlan sus instintos, sus pulsiones. ¿Es porque su voluntad es demasiado débil? ¿O es porque sus instintos son demasiado fuertes?

Algunos son conscientes de ello, como ciertos violadores que piden su castración química. Sintiéndose incapaces de controlar su voluntad, desean que un agente externo debilite sus instintos.

Pero ¿se puede fortalecer la voluntad? ¿No hace falta fuerza de voluntad para aumentar la voluntad? Y quien carezca de voluntad, ¿de dónde sacará esa fuerza?

Un alcohólico o un toxicómano necesitan voluntad para salir de su adicción. Pero precisamente la adicción tiende a anular su voluntad. Es como un círculo vicioso. Algo parecido a aquel borracho que aparece en “El Principito”: “bebo para olvidar que bebo”, decía.

Por otro lado, ¿quién ha logrado someter a sus instintos? ¿Acaso los países o Estados no son un trasunto del instinto tribal? ¿Acaso no son las guerras una explosión de las pulsiones agresivas?

Hay, en cada uno de nosotros, una tensión entre pulsiones y voluntad de la que apenas somos conscientes, porque en esa pugna estamos en ambos lados.

Y sin embargo no debemos ser neutrales. La voluntad es tal vez la única fuerza del universo capaz de regirse (aunque sea mínimamente) a sí misma. La única fuerza no ciega del todo.

Si nos rendimos a las pulsiones y dejamos que la voluntad se apague, quizá no vuelva ya a encenderse.

Monday, November 05, 2007

Va por libre

Va por libre. La memoria va por libre. ¿Quién no olvidó, justo el día del examen, lo que sí había estudiado? Deseamos recordar un nombre o un dato y no podemos; todo lo más se queda “en la punta de la lengua”. Decimos que la memoria nos traiciona: ella, como si tuviera vida propia (¿la tiene?).

Más que olvidar nosotros, son las cosas las que se nos olvidan: las que eligen entre persistir o borrarse. ¿Cuántas veces retenemos lo nimio y olvidamos lo importante? O tal vez lo nimio era lo que, en el fondo, nos importaba...

Se olvidan las calles, los números de teléfono… justo cuando queremos recordarlos. Luego, de pronto, cuando no los necesitamos acuden a la memoria. ¡A buenas horas...!

Y, en cambio, recordamos lo que queremos olvidar: dolores viejos, traiciones, cicatrices… Se instalan ahí, en la memoria, y no hay quien los expulse.

¿Alguien sabe por qué juega con nosotros? ¿Tiene alguien idea de por qué va por libre?

Monstruos

Hay humanos capaces de estafar a quienes emigran de África a Europa. A esa pobre gente que cruza el Atlántico en una barcaza para huir de la miseria. Les venden bidones de gasolina que en realidad contienen agua. Después, cuando en alta mar abren el bidón, descubren que lo que hay dentro es agua. Como no pueden hacer que el motor funcione, mueren de sed y hambre.

No es ficción (ojalá).Viene en el periódico: “Cuando se les acabó el combustible del primer bidón, abrieron el segundo y descubrieron que les habían vendido agua en vez de gasolina, lo que les sentenció a muerte a 157 kilómetros de Canarias”.

Como humanos, podemos ser –somos- capaces de eso.

Así que, si alguien nos hizo, hay que llamarle y decirle: -Míranos. Mira tu obra. Esto es lo que has engendrado.

Mutación

Destruiremos las banderas, los escudos, las rayas de los mapas, las partituras de los himnos… Cada cual quemará los suyos. Saldremos todos, a la vez, de nuestra tribu. Alumbraremos una especie: el mamífero no territorial, la nueva clase de humanos.

No será un hito en la Historia, sino un paso en la cadena evolutiva. Un salto biológico.

Wednesday, October 31, 2007

Yo también lo siento

De niño me preguntaba: “¿cómo saber si lo que yo veo azul ellos también lo ven azul? Ya sé que también lo llaman así, pero ¿cómo estar seguro de que el color al que ellos llaman azul es el mismo al que yo llamo azul?”. Fue al descubrir la lectura cuando me apacigüé en este sentido, al comprobar que quienes escriben sienten lo mismo que yo. Creo que siempre me emocionará constatarlo, especialmente cuando se trata de sentimientos que hasta ese momento creía inexpresables. No puedo olvidar la impresión que me produjo, cuando tenía doce años, leer en una revista un fragmento de poema. Decía así:

Recuerdo
qué poco amé
a quien me amó
y entonces
quisiera marcharme
donde desde siempre
nos esperan
abiertos
puertos sin naves
de regreso.

(Son unos versos de “Coplas a la muerte de mi tía Daniela”, de Vázquez Montalbán.)

En general, creo que ver reflejada nuestra propia emoción es una vivencia placentera. Y esto resulta también predicable de las emociones dolorosas. Aunque no nos gusta el dolor, sí nos gusta que alguien sea capaz de poner en palabras su propio dolor: eso que siente y se asemeja tanto a lo que nosotros, a veces, sentimos.

Tuesday, October 30, 2007

Peces

Felicidad era miraros coger peces con la red y echarlos en un cubo.

Entusiasmo era volver por la tarde a la playa y ver que los soltabais.

Sólo yo sobro aquí

Noviembre en el campo. Mosaico en ocre, pardo, castaño. No hay palabras para todos los marrones (o a lo mejor sí y yo no las conozco), para los amarillos, para la gama de verdes. Hojas que se disponen a ser suelo: tierra otra vez. Unas colgando aún de las ramas, otras ya caídas. Rumor del río. Suelo mojado, humedad que trepa cuerpo arriba. Sólo yo desentono. Sólo yo sobro aquí. Me alejo pronto para no estorbar.

Monday, October 29, 2007

Diosa Nación

El nacionalismo étnico no es propiamente una ideología. El nacionalismo étnico está más cerca de ser una religión. Una especie de religión identitaria. De ahí que no pueda explicarse racionalmente, sino sólo por motivos emocionales. De ahí que tenga dogmas. De ahí que la vida (propia-mártires- y ajena -de los infieles-) tenga un valor relativo frente a la Nación o la Patria, tal como sucede con la fe religiosa.

Instintos

Instintos. Impulsos, empujes innatos. Cosa de animales. Qué contraste entre los instintos irracionales y la Inteligencia Racional con mayúsculas. Y sin embargo, ¿quién copularía sin instinto sexual?; ¿quién tendría hijos, quién cuidaría de ellos sin instinto maternal?; ¿quién se defendería de los ataques en vez de dejarse morir, de no ser por el instinto de supervivencia?...

¿Acaso haríamos todo eso por motivos intelectuales: por la pura y fría racionalidad?

Sin instintos no amaríamos. Porque el amor viene del instinto: las paradas nupciales de los pájaros, la leona que lame a sus cachorros, el perro que mueve el rabo, el gato que ronronea…

Puede haber vida sin inteligencia (de hecho, casi todo lo vivo carece de inteligencia), pero no puede haber vida sin instintos.

Bang y a otra cosa

Leyendo en un periódico una entrevista con el músico Robert Wyatt (obligado a desplazarse de por vida en silla de ruedas, a causa de un accidente) me encontré con estas palabras:

No veo aquel accidente como algo negativo. Fue un nuevo comienzo. Dado que mi vida es mucho mejor después de aquello, no lo considero una tragedia. Fue sólo un cambio. Y en mi caso, a pesar de las obvias dificultades soy una persona más feliz. La gente que no se ha roto nunca la espalda piensa: vivir así debe ser horrible. Pero es algo que pasa. Bang y a otra cosa. Es parecido a un animal salvaje cuando está en la jungla. Llega un helicóptero, lo atrapa con una red y al rato está en una reserva en Tanzania. Y piensa: ¿dónde están los demás miembros de mi manada, dónde están los árboles en que me subía?... y al final se da cuenta de que está en un sitio mejor y más seguro. En términos religiosos, yo diría que aquel accidente fue un don”.

Y en cuanto lo leí, lo apunté. “Bang y a otra cosa”. Para tenerlo en cuenta, por si alguna vez yo también me rompo la espalda.

Friday, October 26, 2007

Fragmento

Los animales que necesitan ver el movimiento (por ejemplo, para cazar) dejan prácticamente de percibir los objetos estáticos, para así detectar mejor las cosas que se mueven. Lo que no interesa a la supervivencia no se percibe.

Los ojos humanos no captan los seres microscópicos. Si pudiéramos ver las bacterias o los ácaros del polvo, entonces las cosas que más necesarias nos resultan para vivir no cabrían en nuestra mirada.

Algo similar debe de ocurrir con el oído. Cada especie percibe la banda acústica que interesa a su supervivencia. Oír más sonidos de los necesarios (ultrasonidos) resultaría perturbador.

Los sentidos no están al servicio del conocimiento, sino de la supervivencia. Nuestra realidad es sólo la parte útil de lo real.

Me pregunto qué porcentaje de realidad hemos renunciado -ha renunciado nuestra mente- a percibir, a cambio de captar mejor la parte que nos interesa.

Me pregunto cuántas cosas existen y ni siquiera intuimos que puedan intuirse.

Thursday, October 25, 2007

Estirados

Antes decíamos ver. Ahora decimos visionar.

Antes oír. Ahora audicionar.

Antes poner. Ahora posicionar.

Antes abrir. Ahora aperturar.

Antes razonar. Ahora racionalizar.

Antes pedir. Ahora peticionar.

Antes recibir. Ahora recepcionar...

¿Por qué, para qué hacemos esto?

Se ve que somos estirados, o sea, engreídos; y ello nos lleva a estirar (a estiracionar) las palabras.

Wednesday, October 24, 2007

Virtual

Realidad virtual. Del latín virtus, fuerza; aunque con una acepción nueva.

Pero ya mucho antes de nuestro tiempo había lo vivo y lo pintado. Lo real imaginado: bisontes en las paredes de las cuevas, rapsodas, trovadores, cantares de gesta, coplas de ciego, cuentos populares. Fabulaciones, mezclas de realidad y fantasía, leyendas, mitos. Molinos convertidos en gigantes, mesones que son castillos, rebaños tornados en ejércitos…

Y aún antes los juegos infantiles, la escoba que era espada, la planta transformada en bosque, el amigo invisible de todos los niños.

Y siempre la saliva, la baba ajena que nos repugna pero que en cambio tragamos en un beso de amor (como si en ese instante cambiara su naturaleza). O la danza: piernas y brazos moviéndose al compás de unos ruidos. O el temor: el miedo a lo desconocido, a la desgracia o a la muerte, que rechazamos pero que otras veces buscamos: en el cine, en los relatos de suspense…

Lo que está claro es que hace ya mucho que la realidad real se nos quedó pequeña. Y que la realidad no real ahora nos es tan necesaria como la otra. Incluso para subsistir.

Realidad virtual: todo lo nos hace ser más que tubos con patas, algo más que máquinas biológicas sin otro objetivo que la supervivencia.

Sin realidad virtual moriríamos de hastío y tristeza, como le pasó a Don Quijote al salir de su ensueño, o a esos pájaros que mueren cuando se los enjaula.

Tuesday, October 23, 2007

Metáforas

Metáforas debidas, no a la imaginación de ningún escritor, sino a la espontaneidad del hablar diario. Tan asumidas que ni nos damos cuenta de que lo son. Metáforas reveladoras de lo que sentimos.

Como “roer” o “corroer”. Roer es lo que hacen los ratones cuando cortan con sus dientes la superficie de un objeto. Corroer significa desgastar o pudrir algo lentamente. Pero algunos sentimientos tóxicos (como el odio o la envidia) pueden roernos y corroernos.

Otras emociones nos arden por dentro. Por eso “quemazón” (desazón por el deseo irrealizado) o “resquemor” (sensación penosa que persiste en el ánimo).

Sentimientos que roen como hacen los ratones; que corroen como el óxido o la carcoma; que abrasan como una hoguera. Metáforas.

Monday, October 22, 2007

Metalenguaje

La materia, la luz y el sonido son provisionales. Definitivos son la oscuridad, el silencio y la nada. Esto viene a decirnos la cosmología.

Los trabajos científicos que tratan sobre el universo, su origen y su fin, parecen a menudo obras poéticas, porque emplean términos ("materia oscura", "agujeros negros", "tiempo curvo"...) y argumentos (expansión del cosmos, relatividad, infinitud, proliferación de dimensiones…) que exceden de nuestra mente, de nuestros sentidos y de nuestro lenguaje. Por otro lado, ponen de manifiesto que, al igual que en otros campos, los humanos vamos sabiendo más sobre el qué, el cómo, el cuándo, el dónde (o el no-cuándo, el no-dónde) del universo. Pero seguimos igual de ignorantes acerca de su para-qué.

Sinsentidos consentidos

Sinsentidos consentidos. Así dicho, parece un juego de palabras. De hecho, lo es. También podría decirse “absurdos permitidos” o “sinsentidos tolerados”… Da igual como se diga. Pero el caso es que existen.

Está, por ejemplo, la guerra, la mejor forma de no resolver un conflicto, y además perdiendo todos.

Y otro “sinsentido consentido” es la ausencia, todavía, de una lengua universal. Hace más de un siglo existe el “esperanto”, una lengua artificial concebida para que su aprendizaje y uso sean sumamente fáciles. Un idioma con escritura fonética y reglas fijas. Sin arbitrariedades ni verbos irregulares ni sonidos oscuros.

Lo lógico sería que, desde la infancia, se enseñara esperanto en todas las escuelas del mundo. En poco tiempo todos los humanos podríamos comunicarnos en cualquier parte del planeta. (Sin perjuicio, naturalmente, de que con independencia de ello cada cual conserve su lengua materna.)

Pero a quien defiende la enseñanza generalizada del esperanto se le considera un excéntrico. Poco importa que lo irracional sea, precisamente, lo contrario.

Si se permite la comparación, durante más de mil años vino usándose en Europa el sistema de numeración romano. Hasta que en el siglo XIII empezó a difundirse el sistema indo-árabe, que facilitaba espectacularmente los cálculos matemáticos. Con el sistema romano eran casi imposibles las operaciones aritméticas de alguna complejidad: ni siquiera multiplicaciones o divisiones con números altos. Por ello el sistema indo-árabe se abrió camino sustituyendo a la numeración romana. Y a partir de entonces los avances científicos se sucedieron con rapidez. Probablemente el sistema romano los había frenado.

Pues bien: igual que en su momento se adoptó el sistema de numeración indo-árabe, lo lógico sería que actualmente se enseñase esperanto en todas las escuelas del mundo.

Pero no ocurre así. Y mientras no lo hagamos, estaremos consintiendo el sinsentido.

Friday, October 19, 2007

Pseudo-democracia

Suele decirse que la primera forma de democracia surgió en la Atenas del siglo V a. de C. Pero al afirmar esto se está asumiendo que la democracia es compatible con la esclavitud, que de hecho existía en aquella sociedad.

También se dice que los Estados Unidos de América son democráticos desde su independencia en 1776, lo cual no impidió que a lo largo de su historia existiera una enorme cantidad de esclavos reducidos a la condición de objetos, los cuales obviamente carecían de derechos políticos.

Hasta fechas relativamente recientes las elecciones en los países llamados democráticos no se basaron en el sufragio universal, sino en censos de titulares de tierras o de un determinado estatus social.

En cuanto a las mujeres, su derecho a participar en las elecciones es asimismo bastante reciente.

Uno de los casos más llamativos de pseudo-democracia fue el “apartheid” o segregación racial en Suráfrica, donde a la población negra se le negaban los derechos políticos, pero los blancos elegían por votación “popular” a los mandatarios del Estado.

Como es obvio, en estas supuestas “democracias parciales” quienes poseen derechos políticos los ejercen en el sentido de mantener su dominio sobre el resto de la sociedad. Digamos que el sector poderoso organiza electivamente su dominación.

Calificar de democráticos a unos sistemas en los que sólo una parte de la población puede intervenir en las decisiones políticas constituye una radical perversión del concepto, un uso del término “democracia” para designar lo que probablemente sea su propia antítesis.

Thursday, October 18, 2007

Resentimiento

Resentimiento. Re-sentimiento. Algo que se siente y vuelve a sentirse. Que es regurgitado como los rumiantes con su comida. Sentimiento repetido, yendo y viniendo como un oleaje. De ahí que nos limite, nos esclavice sentirlo una y otra vez.

El idioma lo sabe y por eso lo llama así: RE-sentimiento.

Tuesday, October 16, 2007

Esclavos

Cuando yo tenía catorce años me impresionó vivamente ver el primer capítulo de una serie de TV llamada Raíces. Aunque quizá la serie no fuese especialmente buena, se me quedó grabada la historia que narra: un muchacho de raza negra es capturado por un grupo de europeos que han viajado para ello a África central y, junto con otros muchos africanos también presos, es encadenado y encerrado en un barco que lo traslada a los Estados Unidos. En el viaje muere la mayor parte de los africanos. Los que sobreviven son vendidos como esclavos, condenados a trabajar –ellos y sus descendientes- de por vida en plantaciones de algodón y a sufrir todo género de vejaciones.

Hace poco he leído un artículo según el cual la mayoría de los africanos llevados a América como esclavos no fueron en realidad capturados, sino vendidos a traficantes europeos por otros africanos: reyes o mandatarios, mercaderes, jefes de tribus aborígenes, etc.

O sea, que quienes desde el principio los condenaron a la esclavitud no fueron los europeos, sino otros africanos de su misma raza.

Esto, sin embargo, no cambia esencialmente las cosas. Lo que el fenómeno de la esclavitud revela no es la dicotomía negros/blancos (como si los primeros fuesen buenos, y los segundos malos). Creo que ninguna etnia, ni ningún pueblo, ni ningún grupo es de por sí más justo que los otros. En la época de la esclavitud los blancos estaban en el lugar de los explotadores porque sus circunstancias se lo habían permitido, y los negros estaban en la posición de los esclavos porque sus circunstancias lo impusieron.

No es que unos fuesen mejores que otros.

Del mismo modo, quienes históricamente han protagonizado revoluciones y reivindicado la justicia social han sido los oprimidos. Pero esto no significa que fuesen “mejores personas” que los opresores. Porque, si los opresores hubiesen estado en la posición de los explotados, habrían actuado como éstos. Y, si los oprimidos hubiesen estado en el lugar de los explotadores, se habrían opuesto a la revolución.

No es, por tanto, que unos sean mejores y otros peores; ni que unos sean consustancialmente justos y otros injustos. La cuestión trae causa directa de la naturaleza humana, que nos hace comportarnos egoístamente, a veces hasta límites escandalosos como en el caso de la esclavitud.

Sólo una minoría de personas, a lo largo de la historia, ha situado su anhelo de justicia social por encima de su posición particular. Sólo unos pocos han antepuesto su ideal solidario a sus propios intereses económicos.

Monday, October 15, 2007

Una excepción

La conocida afirmación según la cual “los hombres no aprenden nunca de la historia” tiene, al menos, una cualificada excepción en el caso de la Unión Europea.

Los países europeos estuvieron enfrentándose, a lo largo de los siglos, en continuos conflictos bélicos, sumamente cruentos. Algunos (sólo algunos) ejemplos son la guerra de los Cien Años, las invasiones napoleónicas, la guerra franco-prusiana y, en el siglo XX, las dos guerras mundiales.

Como es bien sabido, la segunda guerra mundial terminó hace apenas seis décadas: en 1945. En un bando estuvieron (aparte de otros países) Francia e Inglaterra, y en el otro bando Alemania e Italia. Varios millones de personas murieron en esta guerra, y otros tantos fallecieron en la primera (concluida en 1918). Entre 1939 y 1945 muchas ciudades, como Londres o Berlín, resultaron bombardeadas y arrasadas por el ejército enemigo. París fue ocupada por los alemanes, y los franceses que se opusieron a la ocupación (los integrantes de “la Resistencia”) fueron torturados y fusilados. Muchas personas sufrieron heridas y mutilaciones de guerra. El odio, la rivalidad y el afán revanchista almacenados por los nacionales de unos y otros Estados debió ser muy intenso.

Sin embargo, esto no impidió que, pocos años después, surgieran las Comunidades Europeas, germen de la C.E.E. y de la Unión Europea (U.E.).

Es verdad que al principio no se pretendía tanto como una unión política. También es cierto que no todos los países europeos (ni siquiera todos los de Europa occidental) estuvieron en el origen del ideal europeísta. Pero el caso es que sus creadores fueron capaces, muy pocos años después de la segunda guerra mundial, de orillar sus rencores y, mirando hacia delante, crear una alianza transfronteriza (primero comercial, luego política) entre países que, pocos años antes, se habían destrozado mutuamente.

En nuestros días resultaría impensable un conflicto militar entre Francia, España e Inglaterra. Sin embargo, estos enfrentamientos armados fueron habituales en épocas relativamente recientes (por ejemplo, batalla de Trafalgar, a principios del siglo XIX).

Por una vez, después de la segunda guerra mundial (el más grave conflicto bélico que ha conocido la humanidad) algunos europeos aprendieron de la historia y entendieron que el perdón, la paz, la cooperación y la dilución de fronteras constituían el único camino posible. Lástima que no siempre sea así.

Actualmente la U.E. garantiza, de hecho, que los países europeos no volverán a enfrentarse entre sí en una guerra.

Por ello, cuando se afirma que la U.E. defiende a Europa de la competencia comercial de los Estados Unidos y Japón, no se dice toda la verdad. La realidad es que la U.E. defiende a Europa, sobre todo, de sí misma.

Wednesday, October 10, 2007

Opio

La conocida afirmación de Marx según la cual la religión actúa como opio o “adormidera” de las clases desfavorecidas, alude al papel que la fe religiosa ha desempeñado al fomentar la aceptación de la desigualdad por quienes la sufrían.

La religión favorecía que los maltratados por el desigual reparto de la riqueza consintieran esa situación. Les hacía resignarse porque se les prometía un futuro intangible (un “más allá”, una vida después de la muerte) en que se les resarciría de sus privaciones. De ese modo, los explotados venían a aquietarse a su condición y se mostraban conformistas.

Eso es lo que Marx quería decir. Pero, aun aceptando la realidad de esta afirmación, lo cierto es que la fe religiosa ha desempeñado también una función consoladora respecto de otros dolores distintos de la injusticia social.

Me refiero al dolor en sentido estricto: dolor físico y dolor moral. El sufrimiento por la enfermedad propia o por la muerte de un ser querido.

Actualmente es raro que un niño muera, pero en el pasado la mortandad infantil era muy frecuente. Muchos padres y madres veían morir a sus hijos en plena infancia. Y es difícil imaginar un sufrimiento mayor. Pues bien, según sus creencias religiosas estos niños (siempre que estuvieran bautizados) iban derechos al cielo.

Por otro lado, en nuestros tiempos disponemos de medios analgésicos eficaces contra el dolor. Pero en el pasado había que padecer el dolor físico con toda su crudeza. Y la religión constituía, quizá, el único consuelo para estos enfermos.

Quienes sentían dolor se consolaban pensando que ese sufrimiento no era inútil, pues lo que estaban padeciendo “se les descontaría” del purgatorio. O sea: no importaba sufrir porque, de todos modos, tendrían que padecer dolor en la otra vida antes de ser acogidos en el cielo. Por ello, el dolor tenía razón de ser.

Puede parecer un modo pueril de consolarse, pero seguramente era lo único que entonces daba sentido al dolor. A un dolor físico que a menudo era largo, intenso e irreductible.

Para quienes tenían la religión como único consuelo respecto de la enfermedad y el sufrimiento, la fe constituía una experiencia paliativa y reconfortante. Era una especie de anestesia (“adormidera”), en una época en que no se conocían medios para combatir el dolor.

En aquellas circunstancias, privar a esas personas de su alivio religioso habría sido en extremo cruel.

Tuesday, October 09, 2007

Efímera

Efímera quietud
como noche en la selva.
Premonitoria calma,
presagio de unas garras que vendrán
a romperla.

Monday, October 08, 2007

Ubicados

El lenguaje, al gramatizar la realidad, asigna al espacio y al tiempo idénticas categorías sintácticas. En sirve tanto para el lugar (“vivo en Lugo”) como para el tiempo (“nací en el año 1962”). Lo mismo sucede con desde, entre, hacia, etc: “vengo desde mi casa”; “juego al tenis desde hace tres años”; “me senté entre dos árboles”; “la aceituna se recoge entre diciembre y febrero”; “ya vamos hacia el otoño”.

No sólo ocurre con el régimen preposicional. Cerca y lejos pasan por ser adverbios de lugar, pero se usan igualmente para el tiempo: “Qué lejos queda el día de mi boda”; “Ya está cerca el verano”… Y otro tanto sucede con delante y detrás: “su niñez quedó atrás”; “tienes mucho tiempo por delante”.

Nos ubicamos tanto en el espacio como en el tiempo, y las estructuras lingüísticas reproducen esta asimilación mental.

Llegamos incluso a afirmar que el tiempo transcurre deprisa o despacio, veloz o lentamente: “Qué rápidas se me han hecho estas horas”; “qué despacio pasa el tiempo cuando estoy impaciente”). Lo cual nuevamente supone aplicar al tiempo y al espacio categorías coincidentes. Hablamos como si el tiempo se desplazara. (Pero el tiempo no se traslada ni tiene velocidad: el tiempo –y el espacio- determinan la velocidad).

Puede que en la realidad haya otras dimensiones que no captamos, pero el caso es que nuestra mente percibe el espacio y el tiempo como las dos referencias que nos sitúan: las coordinadas en que vivimos. Y por ello, al verbalizarlas, les asignamos iguales categorías.


Friday, October 05, 2007

Tiempo lento

Asociamos el paso del tiempo al progreso. Damos por sentado que el transcurso de los años conlleva avances y mejoras. Hemos visto desarrollarse la automoción, la aeronáutica, la informática... Últimamente también -y de forma acelerada- la telefonía móvil, la televisión digital, internet... Por eso percibimos la vida como algo lineal y evolucionable.

Pero no siempre ha sido así. Hasta hace dos siglos la percepción del tiempo era más bien estática. Cada generación no consideraba que su vida tuviera que ser mejor que la de sus progenitores. El tiempo se conceptuaba como un continuum, un remanso; no como algo dinámico.

Es verdad que ocasionalmente, a lo largo de los siglos, hubo invenciones: la brújula, el molino de viento, el reloj, la imprenta... Pero eran avances muy espaciados que no alteraban la idea de cada generación según la cual su vida sería similar a la de aquélla que le precedió. Y en todo caso las condiciones vitales de cada generación no dependían de los avances técnicos, sino de otros factores (ausencia o no de epidemias, hambrunas, guerras).

Sólo desde hace dos siglos la tecnología se percibe como un factor esencial en la mejora de las condiciones de vida. Sólo desde entonces el progreso se entiende consustancial al transcurso del tiempo, y la vida es sentida como cambiante.

Thursday, October 04, 2007

Libros largos

Una película se ve en un par de horas. Puede pasar que no nos guste. Habremos perdido dos horas (aparte del precio de la entrada, si la hemos visto en el cine).

Algo similar ocurre con una obra teatral.

Pero un libro puede llevar muchas horas, incluso días, de lectura. Quien escribe (o mejor dicho, quien decide publicar) un libro largo debe ser consciente de que está requiriendo de sus lectores una atención muy dilatada. Es verdad que el lector puede, si en sus primeras páginas el libro no le agrada, abandonar su lectura. Pero esto a su vez implica un coste de frustración o contrariedad. Quien empieza a leer un libro, atraído por su título o su temática, aspira a terminarlo.

Creo por ello que escribir un libro largo entraña una severa responsabilidad. El autor debe estar muy persuadido de que lo que escribe reúne la calidad y el interés suficientes como para que otras personas le dediquen varias horas, o días, de su vida.

Tuesday, October 02, 2007

Confío en ti

La inmensa mayoría de los hechos que creemos no los hemos presenciado. Simplemente no dudamos de las fuentes (libros, maestros, medios de comunicación, personas de nuestro entorno...) que nos los transmiten.

[Creo que Urano es un planeta del sistema solar aunque nunca he estado allí y ni siquiera lo he avistado con un telescopio. Creo que el río Ganges fluye por la India (y creo también que la India existe) aunque nunca he viajado a ese lugar. Creo que Claudio fue un emperador romano a pesar de que nunca lo vi. Creo que mis padres son mis padres aunque no recuerdo el instante de mi nacimiento. Etcétera.]

Creemos que algo es verdad cuando quien lo dice nos inspira confianza, o al menos entendemos que ningún motivo tendría para engañarnos.

Nuestra idea de la realidad no se basa en la percepción sensorial directa, sino fundamentalmente en nuestra confianza en los otros.

Monday, October 01, 2007

Motivos

Para no reventar. He ahí un motivo para escribir.

Para que lo que uno está escribiendo no acabe con uno. He ahí un motivo para acabar de escribirlo.

Para no pasarse la vida corrigiendo textos. He ahí un motivo para publicarlos.

Final

Vendrá un no-tiempo en que siempre será nunca y aquí será ningún sitio. El no-espacio se llenará de vacío. Todo se volverá nada.

El fin devendrá infinito.

Los contrarios se harán, por fin, sinónimos.

Friday, September 28, 2007

Variedades

Civiles, mundiales, de conquista, de reconquista, coloniales, de religión, de sucesión, de secesión... Los humanos hemos inventado muchas variedades. Y, con el tiempo, hemos ido perfeccionándolas. Lo que evidencia que nuestro intelecto no admite límites.

Thursday, September 27, 2007

Cuestas

Cuesta trabajo subir. Cuesta trabajo bajar (bajar no es dejarse caer).

Nos pasamos la vida subiendo y bajando, sin espacio para la quietud ni la llanura. Y ambas acciones -subir, bajar-cuestan: tienen un coste.

Probablemente por eso decimos "cuesta arriba" y "cuesta abajo".

Wednesday, September 26, 2007

Te ordeno que me ames

Órdenes de cumplimiento imposible. Órdenes dirigidas, no a la voluntad, sino a los sentimientos. Como

-“Cree”; “ten fe en esto”.

-“Ama a Dios”.

-“No desees”. “No envidies”. “No codicies”...

¿Acaso puede alguien decidir (aunque sea en cumplimiento de una orden) lo que cree, lo que ama o lo que desea?

¿Puede alguien decirse a sí mismo “voy a creer que la Tierra es plana” y creerlo realmente? ¿Puede alguien decidir “a partir de ahora me va a gustar esto” y gustarle de verdad?

Todo lo más, puede actuar “como si se amara” algo, “como si creyera” en algo, “como si…”.

De nosotros dependen nuestros actos. Pero creer, amar o desear no son actos, sino sentimientos. Y nuestros sentimientos no dependen de nosotros.

Monday, September 24, 2007

De miedo

Cualquiera que sea su género, los libros que más nos gustan son libros "de miedo". Porque se leen con miedo: con miedo a que se acaben.



Cuestión de suerte

Si la reencarnación (volver a la vida, tras la muerte, en otro cuerpo) se demostrase, habría un inusitado interés por la justicia distributiva y la igualdad económica a escala planetaria; ya que, al no saber en quién va uno después a encarnarse, nadie desearía que en el mundo haya zonas de miseria y privación, no fuese a corresponderle re-nacer allí.

Por puro egoísmo seríamos justos.



Explosión

El No-Universo estaba lleno de vacío. O sea, de nada y nunca.

Entonces, en medio de aquel vacío, se hizo un hueco. Para dar tiempo al tiempo, y lugar al lugar.

Y así fue como empezó el Universo.

Es muy simple. Cualquier niño lo entendería... sobre todo si aún no ha nacido.

Sunday, September 16, 2007

Estás hecho un artista

Estás hecho un artista. O una artista.

Eres un ser fantástico. Cada noche, mezclando las impresiones del día, confeccionas una historia. Le pones imagen y sonido. Tú eres el guionista, el cámara, el montador. Puede ser cómica, romántica, de miedo...

Cada noche dispones un pase privado. O varios. Cada noche ves tus propias películas. (Aunque a veces, al despertarte, no las recuerdes.)

Eres un creador. Un cineasta. Dicho de otro modo: SUEÑAS.

Friday, September 14, 2007

No confundamos

Debe quedar bien claro que la producción intelectual, científica o artística de una persona, por muy brillante o admirable que pueda parecernos, no condiciona en absoluto el juicio que, en todos los demás ámbitos de la vida, merezca su conducta.

Thursday, September 13, 2007

Reciprocidad

Se dice que hay que respetar las costumbres, los ritos, las tradiciones...

Sí, pero, y ellos (las costumbres, las tradiciones, los convencionalismos...), ¿acaso no deben respetarnos a nosotros?

Vitalicio

Existí en un cuerpo de bebé, en un cuerpo de niño, en un cuerpo de joven.

Existo en un cuerpo de adulto.

Tal vez llegue a existir en un cuerpo de anciano.

Y todo el tiempo fui, soy y seré yo. Yo vitalicio: dícese del conjunto de cuerpos agrupados por un nombre y un DNI.

Monday, September 10, 2007

Y aun así

Gentes del lado pobre. Habitantes de chabola e ignorancia. Adultos de nacimiento.

Humanos para quienes la vida fue siempre zafia y mezquina.

Y aun así les exigimos ser honestos.

Saturday, September 08, 2007

No volver

Procuro no volver a los lugares en que fui feliz. Temo que otra vivencia, en el mismo sitio, estropee mi recuerdo. Así, los lugares que asocio a mi felicidad dejan de ser espacios físicos y se ubican sólo en la memoria. Pero no siempre es posible no volver. El mundo es pequeño.

Oscuros

Quien no escribe para ser entendido, no merece ser leído. Quien no habla para ser comprendido, no merece ser escuchado.

No dedicaré mi tiempo a quien no me respeta.

genÉTICA

La ética es genética. El respeto hacia los congéneres está presente en todas las especies animales. Aunque en situaciones de conflicto (territorial, reproductivo) los congéneres se agredan, fuera de estas tensiones hay una tendencia general al respeto, incluso a una cierta colaboración y solidaridad intra-específica. Sin esa pulsión, ninguna especie habría podido prosperar: se habría extinguido. De ahí que haya sido un comportamiento favorecido por la selección natural. En el caso de los homínidos, por su carácter social y su debilidad individual para hacer frente al ataque de otras especies, es probable que esa tendencia solidaria se desarrollase especialmente. Creo que la ética es un trasunto a escala humana de ese instinto, tan acendrado, de respeto a los semejantes.

La diferencia

No hemos inventado la depredación, la rapiña, el engaño, la trampa... Todo eso estaba ya en la naturaleza: en la vida animal y puede que incluso en los vegetales (plantas carnívoras). La diferencia es que ellos los emplean para sobrevivir, mientras que nosotros los aplicamos a la pura codicia.

Friday, September 07, 2007

Qué vida tan dura

Tomemos un ladrillo, atémoslo a una cuerda y arrojémoslo al mar. Mantengámoslo sumergido durante un par de meses. Transcurrido ese tiempo, tiremos de la cuerda y saquémoslo. El ladrillo se habrá cubierto de corales, algas, moluscos… Contendrá toda la vida que puede albergar, todos los seres que caben en él.

Igual que sobre ese ladrillo, actúa el fenómeno vital sobre el conjunto del planeta. Generando toda la vida posible, toda la que materialmente puede existir.

Por eso vivir es tan duro. No sólo para los humanos, sino para todos los seres.

Y es que, si bien la vida tiende a multiplicarse ilimitadamente, los nutrientes son limitados; de modo que los seres vivos han de competir y disputarse hasta la última fracción de alimento. Se impone así una lucha incesante, entre seres de distinta especie (depredación) y entre seres de la misma especie (territorialidad).

Si el fenómeno “vida” estuviera guiado por una voluntad consciente, podríamos concluir que a ésta no le interesa producir seres felices, seres que disfruten de una existencia cómoda y fácil. Sino que su único objetivo es fabricar toda la vida posible, aunque sean criaturas sufrientes y desdichadas.

Yo no puedo evitar preguntarme: Tanta vida y tan dura ¿para qué?

Thursday, September 06, 2007

Melancolía

Melancolía. Tono vital bajo. Defensa frente al sufrimiento.

Quien mantiene un tono vital bajo está protegido frente a las caídas, porque éstas siempre serán leves. Se comprende que quien ha sufrido tenga miedo de sufrir más y por eso intente blindarse. Es verdad que, a cambio, se priva de “volar alto”: esto es, de la alegría.

Hay una canción cuya letra refleja bien esta idea: “Querida tristeza,/ de ti me he enamora(d)o/ y ya he deja(d)o de ser/ un pobre desgracia(d)o/ a tu la(d)o”.

Wednesday, September 05, 2007

Miserabilis

Las palabras mutan y por eso empleamos miserable como sinónimo de "canalla". Pero perdura un rescoldo de su origen: "que puede o merece ser compadecido". Así que hay, también, una razón etimológica para sentir compasión por los canallas.

Monday, September 03, 2007

O bien

A un niño se le caerá el helado de chocolate. Sobre la acera quedará una mancha marrón.

Poco después cruzarás tú. No repararás en la mancha y la pisarás. El helado aún estará líquido. Resbalarás. Caída aparatosa, posible fractura. Te llevarán a un hospital. Allí reencontrarás a Ana, una amiga de tu infancia. Ahora es traumatóloga. ¡Qué casualidad! Os pasaréis los teléfonos y, tras tu restablecimiento, quedaréis para cenar. Después más llamadas, más citas. Un año más tarde, te casarás con ella. Tendréis tres hijos y envejeceréis juntos.

O bien:

Al niño no se le caerá el helado. Cruzarás tranquilamente la calle. Llegarás a la oficina (porque te diriges a la oficina). Trabajarás como cualquier día. Nunca sabrás que Ana (aquella amiga de tu niñez) es traumatóloga, nunca volverás a verla. Obviamente no convivirás con ella. Tampoco te casarás, ni tendrás hijos.

Obviedad:

El futuro de mucha gente depende de un niño anónimo y de su helado de chocolate. También se puede escribir con mayúscula y llamar Destino.

(Confidencia del autor: En la versión inicial el objeto resbaladizo que motivaba la caída no era un helado, sino una caca de perro. Poco importa.)

Saturday, September 01, 2007

Yo no

Yo es mentira. Yo está hecho de otros. De óvulos y esperma: ya desde el principio estoy hecho de otros. Así que soy mentira. Y ellos, los otros, también.

Friday, August 31, 2007

Mito

Necesitamos tanto un héroe, un superhombre, alguien a quien creer perfecto...

No para imitarlo (ya se sabe que no), sino por sentirlo hacedero: Nosotros no somos capaces; pero poderse, se puede.

Sin embargo, no hallamos nadie así en la realidad.

Así que tenemos que esculpirlo. Para que exista, al menos, en la imaginería.

Monday, August 27, 2007

Dijimos

Dijimos, asentimos, exclamamos,
preguntamos, respondimos y
así hasta que el sonido, los sonidos
no dieron más de sí.

Alivio

Expulsaríamos ganar, perder, derrotar.
Con las voces habrían de partir los conceptos.
Al idioma libraríamos de zafiedades.

Fueron

No escogí amar
ni aborrecer
ni amar de nuevo.

Fueron ellos
(no amar, amar ahora)
quienes eligieron
a mí.

Qué me falta

¿Qué me falta?
Sí: ¿qué me falta?
¿Qué es lo que ahora
(o sea, siempre)
y por mucho que tenga
me falta?

Qué suerte

Qué suerte, qué suerte
que al final todo-todo
(y cuando digo todo quiero decir Todo)
haya de disolverse.

Granjera

Ahí viene doña Bío con su calculadora. Si mueren mil, han de nacer mil. A cada especie, su cupo de individuos. Y deben morir al dejar de ser fértiles. Desde ese momento ya no interesan.

Y dígame, doña Bío: ¿para qué, o para quién, mantiene usted esta granja?

Inertes

Los motores se comportan bien o mal. Desconectamos los aparatos para que descansen. Un coche sufre (y se queja) si le hacemos circular en primera por llano. Y aún más sufriría si tuviera sistema nervioso.

Sequía

Sequía. Está sedienta la tierra. Están sedientos los árboles. Alguna parte de ellos tiene, y siente, sed.

Wednesday, July 18, 2007

Así son

Mimosas, exigentes ("deshaz la rima involuntaria", "corrige esta cacofonía"), a ratos mezquinas, rebeldes (eso ya lo dijo Gustavo Adolfo), amables (=que se las puede amar)..., así son las palabras.

Monday, July 16, 2007

Al pan, pan

Barroquistas, petulantes, culteranistas, conceptistas, retóricos, declamantes, picos de oro, charlatanes, preciosistas, histriones, oradores engolados, gentes del verbo florido, etc.

ya pueden inscribirse:

Queda abierto el plazo de matrícula para nuestro curso sobre

EL ARTE DE HABLAR CLARO Y LLANO

(Con profesores cualificados: campesinos, artesanos, pastores…)