Thursday, November 15, 2007

¿Qué se hizo para qué?

¿Qué se hizo para qué? ¿El sábado para el hombre, o el hombre para el sábado? La pregunta de Jesús a los fariseos sugiere la frecuente confusión de prioridades y fines: ¿Se hizo el hombre para el libro, o el libro para el hombre? Lo mismo puede decirse de las películas, obras teatrales o creaciones en general. Si empezamos a leer un libro y no nos gusta, debemos (por respeto a nosotros mismos) concedernos el derecho a dejarlo. Si no nos gusta una película, tenemos derecho a salirnos del cine. Por muy celebrados que sean los títulos, y aunque hayamos pagado por ellos.

Cuando nos empeñamos en seguir con un libro o una película que no nos agradan, estamos afirmando que no se hicieron para nosotros, sino nosotros para ellos.

1 comment:

indecible said...

De acuerdo. La vida es demasiado corta para leer todo lo que a uno le gustaría... como para, encima, desperdiciarla leyendo lo que a uno no le va.