Friday, September 07, 2007

Qué vida tan dura

Tomemos un ladrillo, atémoslo a una cuerda y arrojémoslo al mar. Mantengámoslo sumergido durante un par de meses. Transcurrido ese tiempo, tiremos de la cuerda y saquémoslo. El ladrillo se habrá cubierto de corales, algas, moluscos… Contendrá toda la vida que puede albergar, todos los seres que caben en él.

Igual que sobre ese ladrillo, actúa el fenómeno vital sobre el conjunto del planeta. Generando toda la vida posible, toda la que materialmente puede existir.

Por eso vivir es tan duro. No sólo para los humanos, sino para todos los seres.

Y es que, si bien la vida tiende a multiplicarse ilimitadamente, los nutrientes son limitados; de modo que los seres vivos han de competir y disputarse hasta la última fracción de alimento. Se impone así una lucha incesante, entre seres de distinta especie (depredación) y entre seres de la misma especie (territorialidad).

Si el fenómeno “vida” estuviera guiado por una voluntad consciente, podríamos concluir que a ésta no le interesa producir seres felices, seres que disfruten de una existencia cómoda y fácil. Sino que su único objetivo es fabricar toda la vida posible, aunque sean criaturas sufrientes y desdichadas.

Yo no puedo evitar preguntarme: Tanta vida y tan dura ¿para qué?

1 comment:

Anonymous said...

You write very well.