Monday, December 31, 2007

La caja de los truenos

Tómese una base de extrema desigualdad social. Añádase masificación, un gran rencor acumulado y una generalizada sensación de impunidad. Por último, provéase de armas a los intervinientes. El cóctel explosivo está preparado.

Se trata de la fórmula infalible para hacer aflorar los demonios interiores. Para extraer lo peor de cada uno. Para sacar la parte más agresiva y cruel de los hombres.

Todos estos ingredientes se mezclaron trágicamente en España en el año 1936.

Sin duda no debía de ser fácil gestionar una sociedad tan desigual y, por tanto, tan proclive al conflicto. La caja de los truenos tenía una tapa muy frágil. Y así, la rebelión de una parte del ejército contra el régimen emanado de las urnas provocó que todos los factores de enfrentamiento social se tensaran al máximo.

Aunque no ha transcurrido demasiado tiempo, ahora nos resulta muy difícil entender cómo pudieron desencadenarse las atrocidades que nuestros padres o abuelos protagonizaron en España, en particular las matanzas y asesinatos de personas consideradas desafectas (sacerdotes, políticos, sindicalistas, propietarios agrícolas, periodistas, escritores, maestros...) en uno y otro bando.

Nos resulta casi incomprensible (pese a que sólo han pasado dos generaciones) porque generalmente ignoramos hasta dónde puede llegarse una vez abierta la caja de los truenos. Ésa que, por desgracia, anida en cada sociedad y también en cada corazón humano.

2 comments:

Anonymous said...

Está claro que, con las dosis adecuadas de la fórmula que citas, estamos listos para ser unos MONSTRUOS.

saiz said...

Así es. Gracias, Aurora, por tu comentario.