La selección natural no solamente prima los caracteres físicos más ventajosos. También favorece los instintos más proclives a la vida. Es probable que, en la lotería genética que implica la reproducción y mutabilidad de los seres vivos, ocasionalmente nazcan animales sin instinto sexual, sin instinto maternal o sin instinto de supervivencia.
Es decir, sin los instintos básicos de la vida.
Pues bien: precisamente por la carencia de tales instintos, estos animales no se reproducirán. Morirán por carecer de instinto de supervivencia, o no dejarán descendientes por carecer de instinto sexual, o sus descendientes no prevalecerán por carecer los progenitores de instinto maternal.
Carl Sagan alude al caso de los cocodrilos. Recorren grandes distancias llevando en su boca los huevos de los que han de nacer sus crías, para depositarlos en un sitio seguro. Puede que algún cocodrilo, por no tener bien desarrollado su instinto maternal, sucumba a la tentación de comerse los huevos. En tal caso, es claro que ese cocodrilo no deja descendencia. Y así, con el tiempo sólo quedan cocodrilos dispuestos a cuidar de sus crías.
O sea, que los animales que no posean estos instintos básicos tienen asegurada su desaparición.
De este modo, la naturaleza filtra y deja pasó sólo a quienes tienen bien arraigados esos instintos (de supervivencia, sexual, maternal…). De ahí que éstos se manifiesten con tan arrebatadora intensidad en todas las especies.
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2 comments:
Curioso. ¿Y qué pasa (siento ponerme tocapelotas) con la especie humana?
Es decir, instinto maternal y sexual todo lo del mundo, pero las mujeres nos ponemos a intentar quedarnos embarazadas cuando ya no somos fértiles. Antes es imposible porque tal y como está el tema no hay dios que consiga piso, pareja, estabilidad económica y un trabajo que permita la conciliación y en el que no te despidan. Eso me recuerda al post anterior. Podrían los gobiernos facilitarnos las cosas para que demos rienda suelta a nuestro instinto.
Muchas gracias por tu opinión. Es cierto todo lo que comentas. Mi intención era sólo poner de manifiesto la importancia de lo instintivo en nuestro psiquismo, como resultado que somos de una evolución biológica. Pero también esa misma evolución nos ha dotado de inteligencia, y por eso tenemos la capacidad, y la responsabilidad, de filtrar los instintos por el tamiz de nuestro intelecto. Es nuestro deber. Y obviamente no estamos haciéndolo bien.
Pensaré más sobre todo lo que dices.
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