Wednesday, December 12, 2007

Lo normal

Conducimos por la derecha. Nos paramos cuando el semáforo está en rojo y continuamos la marcha cuando se pone verde. Y actuamos así porque nos parece lo normal.

Nadie, cuando hace eso, repara en las normas jurídicas, las leyes o reglamentos que obligan a circular por la derecha y regulan la señalización por semáforos.

Entregamos un papel (un billete de diez euros) al frutero y él a cambio nos da manzanas, peras… Y ni él ni nosotros pensamos en las normas jurídicas que hacen que ese papel tenga valor y permita comprar cosas. Simplemente es lo normal.

Tendemos a interiorizar las normas jurídicas de modo que terminan pareciéndonos reglas naturales de conducta. Acabamos asumiéndolas acríticamente, hasta el punto de que lo que disponen nos parece lo lógico, lo normal, lo natural.

El problema viene cuando esas normas recogen pautas denigrantes, ignominiosas.

También los sistemas políticos totalitarios tienen su propio entramado jurídico. Y así, la persecución racial en la Alemania nazi se instrumentó mediante normas jurídicas: ilegalización de partidos, leyes confiscatorias y discriminatorias, prohibición de matrimonios mixtos de judíos y arios…

La segregación racial en Suráfrica, el denominado apartheid, se articuló asimismo jurídicamente.

Y de igual modo ocurrió con la esclavitud. Allí donde ha existido, las normas jurídicas vigentes han regulado el derecho de propiedad de los dueños de esclavos, la compra y venta de éstos, la manumisión, etc.

Me pregunto cuántas personas, a lo largo de la historia, habrán considerado naturales estas prácticas aberrantes, sin llegar siquiera a cuestionarse su moralidad o su decencia, por el mero hecho de que eran legales y lícitas. Porque las normas jurídicas las admitían y las regulaban. Porque eran lo normal.

2 comments:

Gemma said...

De ahí que los sistemas totalitarios se encarguen de legislar todas sus aberraciones a la primera de cambio...

...Consuela a los tontos.

saiz said...

Lo triste es que todo lo que a nuestro alrededor es considerado como normal y habitual (especialmente si se nos inculca o imbuye desde pequeños), tendemos a admitirlo (acríticamente) como pauta o estándar de comportamiento. Así es como se perpetúan muchos absurdos, muchos "sinsentidos" consentidos. Es triste que seamos tan manipulables.