Tuesday, January 08, 2008

La noche de los tiempos

En occidente contamos el tiempo (aproximadamente) desde el nacimiento de Jesús. Antes se hacía desde la hipotética fundación de Roma. Otros cuentan los años desde la teórica creación del mundo, o desde la hégira (marcha de Mahoma de La Meca a Medina), o sencillamente desde que sus conocimientos astronómicos les permitieron llevar la cuenta. Y he oído que la mayoría de los sistemas informáticos datan el tiempo desde 1 de enero de 1970.

Obviamente son convencionalismos, porque ¿desde cuándo debería contarse el tiempo? ¿Desde que se formó la Tierra? ¿Desde que surgió la vida? ¿Desde que apareció el homo sapiens? ¿...?

Y, de hacerse así, ¿cómo fijar el momento exacto en que lo inerte dejó de ser inerte y pasó a estar vivo? ¿Cómo concretar el día preciso en que un primate dejó de ser simio y se hizo humano?

En buena lógica, el cómputo del tiempo debería comenzarse desde el inicio del... tiempo. Supuestamente ello coincidió con la irrupción del universo y del espacio: el llamado Big Bang.

El gran problema es que no sabemos, y es probable que no sepamos nunca, cuándo exactamente ocurrió aquello. O mejor dicho: desconocemos el tiempo transcurrido desde entonces, pero sí sabemos su fecha precisa. Fue el día cero del mes cero del año cero.

3 comments:

Gemma said...

..."porque ¿desde cuándo debería contarse el tiempo?"

Imagino que los homínidos ya lo contaban, Saiz; aunque fuera a su manera. También lo cuentan (al vivirlo) los animales, al fin y al cabo.

En realidad, no hacemos otra cosa. Todo el santo día: contar y contar incansables. ¿O acaso soy la única que me paso el día midiendo la danza de las horas?

No lo creo.

saiz said...

Gracias, Mega, por tu comentario tan certero.

Y lo más llamativo es que, según los físicos más eminentes, el tiempo como tal no existe: es algo así como una percepción subjetiva de la curvatura cósmica. Bueno, yo no sé explicarlo (es más: tampoco lo entiendo).

La paradoja es que no podemos prescindir del tiempo, porque vivimos en él como los peces en el agua. Y, como ellos con el medio líquido, si nos sacan del tiempo dejamos de existir.

Es un poco como esa frase de que "el frío no existe: es ausencia de calor". Pero si decimos esto a alguien que está congelándose en un medio helado, sin duda nos mandará a hacer gárgaras con nuestra sabiduría.

Anonymous said...

Los físicos creen que el universo comenzó como una extremadamente compacta y simple bola de energía. Aunque las leyes de la física mismas no proporcionan una flecha del tiempo, la expansión actual del universo sí lo hace. Dado que el universo se expande, se hace más complejo y desordenado. El desorden creciente — lo que los físicos llaman un aumento de la entropía — está dirigido por la expansión del universo, lo cual puede ser el origen de lo que pensamos que es el incesante avance del tiempo.

El tiempo, desde este punto de vista, no es algo que exista fuera del universo. No hay un reloj haciendo tic-tac fuera del cosmos. La mayoría de nosotros tendemos a pensar en el tiempo de la forma que lo hizo Newton: “El tiempo absoluto, verdadero y matemático, por sí mismo y por su propia naturaleza, fluye de igual forma, sin importar nada externo”. Pero como demostró Einstein, el tiempo es parte del tejido del universo. Contrariamente a lo que creía Newton, nuestros relojes comunes no miden algo independiente al universo.