Friday, February 08, 2008

Dos ruedas

Lo que referimos como el “Yo” no es sino un estado mental particular que genera el cerebro. Lo subjetivo está generado por una actividad constante en un sistema tálamo-cortical activado en la vigilia que relaciona los estímulos sensoriales del mundo externo con la actividad cerebral interna (memoria). Este proceso une los componentes fracturados de la realidad externa e interna en un único constructo que es lo que llamamos el “sí mismo”. Para la creación del yo parece imprescindible el diálogo entre la actividad de dos “ruedas” tálamo-corticales. Una, constituida por los núcleos intralaminares no específicos y la corteza cerebral (núcleos máximamente activos durante la vigilia), y la otra, por el llamado complejo ventrobasal talámico. Esta última rueda provee al cerebro de la información sensorial del mundo externo que lo engarza con la actividad del mundo interno. La primera rueda sólo “gira” durante la vigilia; la segunda está constantemente activa. Por eso, para dar vida al “yo” se requiere estar despierto, que es cuando la primera rueda está en funcionamiento. Cuando existe el “yo”, hay engranaje entre las dos ruedas activas. Hay unión entre el mundo interno y el externo, luego soy.
(F. Mora, Neurocultura).

Supongo que por eso, cuando nos despertamos, necesitamos un tiempo para que las dos “ruedas” encajen: esos segundos durante los que no sabes quién eres ése que se ha despertado.

Tras leer esto sigo sin saber quién soy, pero al menos ahora intuyo cómo estoy hecho.

2 comments:

Anonymous said...

A mi también me pasa, que me despierto con la mente en blanco hasta que me meto poco a poco en mi cuerpo, en mi historia, en mi papel. Y es como si al final dijera: ah, ya me acuerdo de quién soy. Y la conclusión inevitable que me viene es: vaya rollo ser yo.

saiz said...

Así es, Aurora. A todos nos ocurre.
Eso creo, al menos.