No abdicamos, no desertamos de lo onírico.
Los sueños que tenemos mientras dormimos se acaban cuando ellos quieren (¿cómo se extinguen, cómo se agotan los sueños de los que no somos despertados?) o bien se nos expulsa de ellos si algo nos despierta en medio del sueño.
Pero nunca auto-interrumpimos nuestro propio soñar.
Nunca dimitimos, nunca nos bajamos de un sueño en marcha.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
2 comments:
Los sueños de los que no somos despertados, no se acaban sino que se apagan. Saludos.
Sin duda es así, Aurora. Esos sueños se disuelven, se diluyen, se difuminan.
Post a Comment