Wednesday, March 04, 2009

Inconscientemente

Sin conocimiento de geometría, los minerales cristalizan en poliedros (cubos, prismas…) regulares.

Sin verse ni olerse a sí mismas, las flores se colorean y se perfuman.

Sin saber qué es simetría, los ciempiés tienen, a derecha e izquierda, el mismo número de patas.

Sin entender de diseño, los moluscos segregan conchas espirales.

Sin estudiar geografía ni conocer los 4 puntos cardinales, las golondrinas viajan de un continente a otro.

Sin nociones del número pi, el iris de los ojos es un perfecto círculo.

Sin saber qué son aurículas ni ventrículos, late el corazón rítmicamente.

Sin idea de gramática, un niño de tres años dice frases sintácticamente impecables...

Por todo lo cual, cabe concluir que casi todo ocurre sin saber (ni necesitar saber) cómo ocurre.

2 comments:

Anonymous said...

Como dicen Fito y Fitipaldis, puede ser que la respuesta sea no preguntarse por qué.

saiz said...

Bueno, a mí me parece que preguntarse entra dentro de lo que nuestra pequeña, humana y terrícola inteligencia nos reclama, aunque sepamos de antemano que, detrás de cada enigma desvelado, habrá otro enigma (otro velo) probablemente mayor.