Monday, May 26, 2008

De qué seríamos capaces

Muchas personas cambian de actitud al conducir un coche. Aumentan su agresividad, se vuelven insolentes y dirigen recriminaciones e insultos a otros conductores. Algo que nunca hacen cuando se desplazan a pie. Probablemente es debido a la sensación de poderío y anonimato (en la carretera nadie se conoce) que el coche proporciona.

Esta sabida constatación viene a mostrar que, si habitualmente no incurrimos en abuso y despotismo, es gracias a que tenemos unos límites o controles: la disuasión del pudor y la crítica, el freno de la responsabilidad, el temor al rechazo ajeno, la obligación de rendir cuenta de nuestros actos dañinos... El límite, en fin, de sabernos limitados.

Es posible que, sin limitaciones de esa naturaleza, nos pervirtiéramos y degeneráramos hasta volvernos pequeños (o grandes) monstruos.

¿A qué clase de depravación podríamos llegar, cada uno de nosotros, si tuviéramos todo el poder y fuéramos -además- impunes?

2 comments:

Anonymous said...

Sin límites seriamos bestias y sacariamos lo peor de nosotros mismos.

saiz said...

Estoy seguro de que, muy probablemente y en la mayoría de los casos, sería así.

(Gracias por tu comentario.)