Los colores no existen. Son el modo como percibimos el reflejo de la luz en los objetos.
El cielo de la Tierra nunca ha sido azul. Pero, en cierta forma, empezó a ser azul a partir de que alguien (algún animal emergido del mar) miró hacia arriba. Si no hubiera ojos, no habría colores.
Los primeros ojos, las primeras células sensibles a la luz y conectadas con receptores nerviosos, fueron desarrollados por algunas especies marinas hace (según se cree) unos 500 millones de años. La aparición de los ojos significó que, por primera vez, la materia pudo autocontemplarse.
Aquel pez que veía bultos y sombras era el universo mirándose a sí mismo.
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1 comment:
Y todavía no acabamos de entender cuanto vemos...
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