Órdenes de cumplimiento imposible. Órdenes dirigidas, no a la voluntad, sino a los sentimientos. Como
-“Cree”; “ten fe en esto”.
-“Ama a Dios”.
-“No desees”. “No envidies”. “No codicies”...
¿Acaso puede alguien decidir (aunque sea en cumplimiento de una orden) lo que cree, lo que ama o lo que desea?
¿Puede alguien decirse a sí mismo “voy a creer que la Tierra es plana” y creerlo realmente? ¿Puede alguien decidir “a partir de ahora me va a gustar esto” y gustarle de verdad?
Todo lo más, puede actuar “como si se amara” algo, “como si creyera” en algo, “como si…”.
De nosotros dependen nuestros actos. Pero creer, amar o desear no son actos, sino sentimientos. Y nuestros sentimientos no dependen de nosotros.
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1 comment:
Estupendo, Isidro. Y una suerte para todos que hayas reactivado este blog . Saludos de la peña.
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