Friday, June 29, 2012

Autopreguntas



¿Te das cuenta de qué osado, qué abusivo, qué ampuloso resulta aspirar a que otros se interesen por leer las palabras que has escrito?

¿Por qué podría interesarles? ¿Qué van a encontrar ahí para dedicar su tiempo a leer lo que escribiste?

¿Te has desvivido escribiéndolo? ¿Te has volcado por entero? ¿Eh?, ¿te has abierto en canal?

¿Has luchado, has combatido con las palabras en fiera, febril, cruenta batalla?

¿Has quitado lo superfluo, eso que no aporta nada?

¿Consideras que no tienen tus pretendidos lectores nada mejor que hacer?

¿Te has convertido en palabras? ¿Has llorado, o has sangrado, o has segregado palabras? ¿Te has derramado sobre ellas?

¿Te has quemado con el fuego de las palabras ardiendo?

¿Te has desollado las manos con el roce que producen las palabras al chocar?

¿Has estirado los límites, las fronteras del lenguaje hasta hacer que las palabras sean más grandes que ellas mismas?

Rásgalas, si no es así, y luego tira los trozos. Haz una hoguera con ellos.

No abuses: no hagas a nadie perder su tiempo en leerte.

(Por cierto, que también es un descaro pretender que alguien se ponga a leer esto.)